Atakebune: El «Acorazado» Japonés de la Edad Moderna

En la historia de Japón, los siglos XVI y XVII se vieron marcados por un sinfín de luchas y revoluciones generadas por una mala administración política entre las provincias que conformaban al antiguo Imperio del Sol Naciente. Ante la enorme división que existía entre cada una de ellas, el gobierno imperial se vio obligado a diseñar un barco cuyas características no solo lo hicieran temer a las provincias enemigas, sino que doblegara a cualquiera que tratase de enfrentarlo y ese barco fue: el Atakebune.


El Período Sengoku: Una Justificación para Construir el Barco

El Sengoku jidai (del japonés: Período de luchas en todo el país) 1 se caracteriza por ser uno de los momentos más críticos de la historia de Japón al estar repleta de revoluciones civiles y conquistas de provincias (kuni) entre el denominado Shogunato Muromachi 2 y los Daimyos 3, (Kuru, 2018).

La fecha oficial para el inicio de este periodo es el año 1467, con la llamada Guerra de Ōnin (Ōnin no Ran), donde una disputa entre hermanos por ver quién sería el próximo heredero del Shogunato terminó enfrentando a sus líderes con los daimios (Matcha, 2018). Para este momento los Muromachi ya no tenían una gran influencia entre las provincias, por lo que este pequeño conflicto provocó el levantamiento en armas de las provincias y el origen de tres señores de la guerra que destacarán en este periodo: Tokugawa Ieyasu, Toyotomi Hideyoshi y Oda Nobunaga, (Kuru, 2018). Este último sería responsable de crear un navío que pasaría a la historia.

Kuru, (2018), nos explica que durante la primera mitad del Sengoku jidai, los daimios estaban centrados en la captura de territorio que estuviesen dominados por el Shōgun. Lo cual se puede ver a la perfección con Nobunaga cuyas acciones llevaron a la destrucción de grandes fuerzas y la construcción de una serie de fortalezas y templos en los territorios anexados.

Pero no fue hasta la segunda mitad del Sengoku jidai que la situación se complicó, los wokou (piratas) comenzaban a representar una seria amenaza en las costas de China evitando que se diera un comercio entre ambas naciones, esto provocó que existiera un desabasto de armas entre los diversos ejércitos combatientes y con las constantes luchas entre las provincias se buscó la construcción de una flota de guerra que ayudará a solucionar ambos problemas de forma definitiva.

Ilustración histórica de la Batalla de Sekigahara
Representación de la Batalla de Sekigahara, una de las últimas y más importantes batallas libradas durante el ya casi extinto Período Sengoku, se llevó a cabo el 21 de octubre de 1600. Dominio Público.

En Busca de un Navío de Guerra

El Imperio de Japón no contaba con una verdadera flota, todos sus barcos estaban limitados a simples embarcaciones de pesca y los cascos más grandes estaban destinados a barcos mercantes, por lo que no existían antecedentes para la construcción de un navío destinado al combate.

No fue hasta mediados del Shogunato Muromachi que se inició el diseño de esta clase de barcos los cuales eran muy primitivos a comparación del enorme y lento galeón europeo, incluso de las ya anticuadas carracas. Estos primeros buques de guerra se diseñaron con base a los cascos disponibles; los barcos de pesca se reforzaron para albergar a un par de soldados, los mercantiles al ser más grandes pudieron transportar grupos más considerables de tropas siendo en raras ocasiones equipados con un cañón. Para entonces no servían más que para disuadir, ya que su eficiencia no era realmente alta, (金澤城堡月光, 2009b).

Más allá de los barcos de guerra, el shogunato estaba interesado en los barcos de transporte ya que debían asegurarse de mantener una presencia militar a lo largo de la nación, especialmente en el norte la cual era una zona conocida por estar bajo dominio pirata y bárbaro, por lo que las guerrillas y campañas de asalto eran muy comunes. Para ello se hizo uso de los Kuribune (canoas) los cuales podían transportar apenas un par de soldados, pero sus dimensiones eran tan pequeñas que eran capaces de cruzar por ríos poco profundos garantizando el desembarco de las tropas en cualquier lugar de la nación. (Kotobank, 2020a).

Posteriormente se hizo uso de los Bezaisen,  Ko-mawashi y los Uchikawa-mawashi, barcos de poco calado pero de eslora considerable, capaces de navegar en ríos (exceptuando al primero que era de uso costero) y con una capacidad de transporte mucho mayor. Estos navíos garantizaban el despliegue de un número de fuerzas considerable, siendo los Bezaisen los más aptos para la tarea ya que eran capaces de transportar tropas, suministros y armas para su defensa, (Tokyo Maritime Science Museum, 2020).

Fotografía de una recreación de un barco Bezaisen
Fotografía tomada al Naniwa Maru, un barco de la clase Bezaisen construido en Osaka como parte de un proyecto cultural en honor a los tiempos del Período Edo, el cual fue creado justo después del termino del Sengoku jidai. Durante dicho período, los Bezaisen conformaban una gran parte de la flota nacional ya que se encargaban del transporte de suministros y civiles. Association for Asian Studies. Dominio Público.

Debido a que la nueva y creciente Flota Imperial Japonesa estaba dando sus primeros pasos hacia el campo militar se diseñaron dos clases de cascos que ayudarán a los barcos a cumplir con sus tareas, estos fueron llamados «Clase Ise» y «Clase Fusō».

  • La Clase Ise (nombrada en honor al poblado Ise, ubicado en la actual Prefectura de Mie): Se caracteriza por un diseño de caja, la proa y la popa se conforman de dos grandes placas de madera que sirven como apoyo para los laterales. Conforme se avanza hacia la quilla, el casco adquiere una forma triangular finalizando con una enorme plancha de madera curvada. Este diseño vuelve torpe al navío frente a corrientes muy fuertes pero otorga una mayor resistencia ante los ataques gracias a que las planchas de madera son más gruesas. Para estos cascos se solía usar el kusu, madera extraída del árbol alcanforero, era menos flexible pero de enorme resistencia.
  • La Clase Fusō (nombrada en honor al poblado de Fusō, ubicado en la actual Prefectura de Aichi): Esta clase se caracteriza por estar inspirada en el diseño occidental, el casco adquiere la forma semicircular de los galeones eliminando la apariencia de una caja y la quilla obtuvo una nueva pieza de hasta 5 cm de grosor que se extiende desde la proa hasta la popa formando un ángulo más pronunciado. Esta nueva pieza ayuda al barco a romper las olas con mayor facilidad, otorgándole más movilidad a cambio de menor resistencia. Esto último se debe a que las planchas de madera se tuvieron que afinar para lograr una mayor agudeza en los ángulos del casco. Se solía usar bambú para su fabricación ya que era mucho más ligera pero con la resistencia suficiente para aguantar un enorme peso.
Ilustración de los cascos estilo Fusō e Ise
Dibujos que representan las dos clases de cascos disponibles durante el Período Sengoku. Arriba se encuentra la Clase Ise y debajo la Clase Fusō. Recuperado de Higakikaisen/Tarukaisen. Dominio Público.

Hasta el momento todos los barcos cumplían una tarea específica; servían para el combate o para el transporte y aunque algunos estaban destinados a cumplir con ambas, ninguno lograba conseguir su cometido al tener características tan limitadas que se los impedía. Por ello se planteó el diseño de un barco capaz de cumplir ambas tareas y que además estuviese destinado al combate total; se le nombró Atakebune.


Diseñando al Acorazado

El “acorazado” Atakebune, (también nombrado Ataka), tendría sus orígenes en el año 1573 y fue un proyecto concretado por tres clanes: los Takeda; Mōri; y Go-Hōjō, los cuales estaban en guerra con el daimio Oda Nobunaga y se reunieron para crear una fuerza naval conjunta que impidiese el avance de su enemigo, (金澤城堡月光, 2009b).

Su diseño en esencia era simple pero sus amplias capacidades de combate y transporte lo volvían un navío de alta complejidad, incluso más que sus homólogos occidentales.

Símbolos de los clanes creadores del Atakabune
Emblemas de los tres clanes involucrados en la construcción de la flota combinada y del Atakebune. Archivo Fotográfico del Autor

El casco era de diseño Ise permitiéndole a la superestructura soportar una enorme cantidad de daño gracias a las gruesas planchas de madera que usaba, aunque lo hacía muy lento y poco maniobrable, características que no fueron muy importantes para los ingenieros. Las dimensiones se fijaron en «pisos» (Kaí), poseyendo 13 kaí de largo (24 metros) y 7 kaí de ancho (12.2 metros), el peso se midió en «piedras» (Shí) siendo de 500 shí el ejemplar más ligero, (en el Sistema Métrico Decimal se traduce directamente a toneladas métricas por lo que shí se reemplaza por “Tm”), su peso es equiparable a un galeón pequeño, (金澤城堡月光, 2009b).

Una superestructura en forma de caja sobresalía directamente del casco, su objetivo era actuar como una fortaleza albergando hasta 100 soldados en su interior. Las planchas de madera tenían un grosor de 6-10 cm, eran lo suficientemente gruesas para evitar la mayoría de las armas del momento aunque eran vulnerables a los cañones occidentales. A lo largo de cada plancha se destinó una abertura denominada «Haya», de la cual podían disparar flechas, arcabuces o en algunos casos cañones de pequeño calibre (de estos últimos solo equipaba 3). Algunas planchas podían desprenderse de la estructura formando puentes, esto permitía que la tripulación abordará embarcaciones enemigas o desembarcaran de una forma más rápida durante una invasión, (金澤城堡月光, 2009a).

Bestias Blindadas: Proyecto ST.

Lo que más resalta del Atakebune son sus torres o «Yakuras» 4, su objetivo era actuar como las torres de mando de los navíos de hoy en día, proporcionando vigilancia y en algunos casos fuego de apoyo. Estas estaban colocadas cerca de la proa o la popa, (Kotobank, 2020a).

Kotobank (2020a), nos explica que su propulsión era generada por fuerza muscular la cual era proporcionada por el empuje de 50 remos (en caso de que se destinarán dos hombres por cada remo) en los diseños más pequeños y de hasta 160 (un hombre por remo) en los de mayores dimensiones. Este último número se suele redondear a 100 remos, en muy raras ocasiones a 200. Algunos ejemplares emplearon la vela como un medio de apoyo para aumentar la velocidad máxima del buque, aunque fue una herramienta que se implementó de forma muy limitada, se piensa que el peso y su enorme volumen fueron los principales factores del porque no tuvo un uso más amplio.

El total de tripulantes no está claro, pero un Atakebune de pequeñas dimensiones debiera poseer 250 hombres a bordo: 60  remeros; 100 soldados; y 50 marineros. Muchas fuentes concuerdan con un número similar, haciendo énfasis en la cantidad de remos y los soldados que podía transportar.

Modelo hecho de madera de un Atakebune junto a su tripulación
Modelo a escala que muestra con gran detalle las características del Atakebune. Dominio Público.

Servicio Activo en Japón

De todas las crónicas que existen sobre las batallas navales que se suscitaron durante el Sengoku jidai no hay ninguna que describa con gran detalle la entrada en acción de los Atakebune.

Incluso las historias acerca de la construcción de la flota combinada de los clanes Takeda, Mōri y Go-Hōjō no mencionan la fabricación de dichos barcos, pero sí una carrera armamentística la cual no suele adquirir una clara explicación.

Los piratas que se suponen eran los principales objetivos de los Ataka tampoco describen batallas contra estos acorazados, al menos no hasta el final del Sengoku jidai y sus encuentros eran demasiado raros.

Las únicas menciones que se nos hace del uso de los Atakebune dentro del mismo Japón provienen de las crónicas del daimio Oda Nobunaga, donde se menciona que tras la anexión del Lago Biwa (ubicado en la actual Prefectura de Shiga) en 1573, el daimio ordenó la construcción de 6 enormes barcos con revestimiento de hierro para una próxima incursión naval. Algunas fuentes sugieren que la idea surgió tras observar un ejemplar de Ataka abandonado por uno de los clanes, el cual sirvió de inspiración para el diseño de Nobunaga, (金澤城堡月光, 2009b).

Ilustración del daimyō Oda Nobunaga
Representación artística de Oda Nobunaga, (23 de junio de 1534 – 21 de junio de 1582), fue el daimyō más destacado durante el Sengoku jidai ya que se involucró en las mayores batallas terrestres y navales con resultados generalmente exitosos. Senderos de la Historia. Dominio Público.

Otro registro nos dice que el capitán pirata, Ohama Kagetaka, líder del clan Kitabatake que gobernaba sobre lo que hoy es la ciudad de Tobe, en la Prefectura de Mie y quien era un aliado de los tres clanes, poseía un Ataka como buque insignia, sin embargo, no se hacen menciones sobre sus participaciones o acciones dentro del periodo final del Sengoku jidai.

Se especula que su Ataka fue el buque que Nobunaga encontró en los puertos tras su invasión a la Prefectura de Shiga, por lo que su destino pude ser el estar en servicio en la nueva flota del daimio o se le pudo aplicar ingeniera inversa para diseñar los nuevos buques que Nobunaga planeaba construir.


Atakebunes de Hierro

Tras el descubrimiento de los Atakebune en el Lago Biwa por parte de Oda Nobunaga, esté le ordenó en 1578 a su Comandante Naval, Kuki Yoshikata 5, la construcción de una versión modificada del barco el cual debía estar mejor armada y sobre todo mejor defendida. Los nombro «Tekkōsen» del japonés «Barcos de Hierro».

El nuevo barco de Nobunaga se diseñó con base a la versión de los clanes vencidos con la diferencia de que estos fueron revestidos con planchas de hierro de 3 mm de grosor y se aumentó el número de armas de gran calibre. Algunas leyendas mencionan que el mismo Nobunaga participó en la construcción de la primera unidad, dando su apoyo a la fabricación de los 100 remos que se le debían instalar, (金澤城堡月光, 2009b).

Ilustración conceptual de un Tekkōsen, Atakebune blindado, de Oda Nobunaga
Arte de un Tekkōsen, el famoso Buque de Hierro de Nobunaga, acompañado de otros barcos que le sirven como escolta para responder a los asaltos navales. Military History. Dominio Público.

Para junio los buques ya estaban listos en el puerto Ise, zarpando del lugar el día 20 para realizar algunas pruebas. No verían acción hasta el 14 de diciembre de 1578, donde los seis Tekkōsen (en ocasiones se mencionan a tres Atakabunes más) lucharon contra la flota del clan Mōri en lo que pasaría a conocerse como la «Segunda Batalla de Kizugawaguchi». En tal batalla la flota de Nobunaga que se encontraba al mando de Yoshitaka, avanzó hacia la Bahía de Osaka para romper la línea de suministros que los Mōri proporcionaban al templo Ishiyama Hongan-ji, edificación estratégica vital para la defensa de Osaka y sus alrededores, (NICT, 2020a). 

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Durante su avance se encontraron con lo que se afirman fueron poco más de 600 buques combinados entre el clan Mōri y del Comandante Naval pirata, Murakami Takeyoshi 6, quienes rápidamente reaccionaron al ver los Tekkōsen de Yoshitaka. Takeyoshi era conocido por hacer uso de flechas y lanzas en llamas, las cuales consumen muy rápido los cascos de los barcos enemigos, además del uso extensivo de arcabuces y cañones lo que le permitía llevar a cabo asaltos rápidos y esto se vio reflejado en 1576 durante la Primera Batalla de Kizugawaguchi. Su idea no difería mucho de su primer encuentro, usaría las mismas armas y tácticas contra los nuevos barcos, aunque una vez que ambas fuerzas chocaron la estrategia de Takeyoshi se vio mermada por las planchas de hierro que volvieron ineficientes sus armas. Ante la falta de una estrategia mejor elaborada y de armas más efectivas, los Tekkōsen terminaron saliendo victoriosos tras hundir casi toda la flota combinada enemiga, esto le permitió a Nobunaga llevar a cabo un asalto de gran magnitud sobre el templo y más adelante anexarlo junto con toda Osaka a sus territorios conquistados, (NICT, 2020a).

Este evento sería el primer y último registro que se tiene del uso de los Atakebune en territorio nacional y marcaría el inicio de la historia de los acorazados japoneses.

Arte de la Segunda Batalla de Kizugawaguchi librada entre Kuki Yoshitaka y Murakami Takeyoshi
La Segunda Batalla de Kizugawaguchi, librada entre Kuki Yoshitaka (izquierda) y Murakami Takeyoshi (derecha) sería el primer enfrentamiento donde los Tekkōsen sobresaldrían de entre los demás barcos. Posiblemente fue la única batalla donde estos barcos salieron victoriosos. Dominio Público.

Servicio en la Campaña contra Corea

Tras su enorme éxito en la Segunda Batalla de Kizugawaguchi, una vez más los Atakebune silenciaron sus cañones para no volver a entrar en acción hasta 1592 cuando el nuevo gobierno de Japón decidió invadir Corea.

Para 1592, Japón ya se encontraba en un proceso de pacificación, el Período de los Reinos Combatientes estaba llegando a su fin gracias a que Toyotomi Hideyoshi subió al poder y con tal de asegurar la paz entre los diversos pueblos que aún se encontraban en guerra, prometió extender el territorio de la nación por toda Asia, especialmente sobre China, (David Lacasta, 2015).

López (2014), nos explica que tal acción tiene como principal razón para que Hideyoshi iniciara la invasión porque «El cielo se lo prometió». Para lograr su cometido primero negociaría con la Dinastía Joseon de Corea, para que estos le brindaran hospedaje y rutas para poder avanzar hacia su objetivo, aunque sus intentos fueron poco exitosos. Sus embajadores modificaron el mensaje con tal de obtener una ruta estratégica sin tener que recurrir a otros métodos, pero ante la estrecha relación de ambas dinastías y las constantes negaciones de los coreanos, Hideyoshi no tuvo otra opción que invadir Corea.

Ilustración de Toyotomi Hideyoshi montado en su caballo
Ilustración del Período Sengoku de Toyotomi Hideyoshi, gobernó bajo el título de «Taikō» convirtiéndose en el único personaje en regir a la nación bajo este puesto. Wikipedia Commons. Dominio Público.

Usando los Atakebune como principales buques de embarcación, 9 divisiones y un total de 160 mil soldados experimentados en el arte de la guerra, con armas y tácticas más modernas se embarcaron en camino hacia Corea, (López, 2014).

La primera división, al mando de Konishi Yukinaga 7, llegó el 23 de mayo a la ciudad de Busan tomándola junto con los pueblos de alrededor de forma casi instantánea. Las rápidas acciones del ejército japonés dejaron a los coreanos desorientados y en los próximos años las campañas por castillos y ciudades serían muy comunes, (Lacasta, 2015). Aquí los Atakebune tendrían una enorme presencia al representar el grueso de la marina y por ser los principales responsables de transportar a las tropas.

Durante toda la contienda, los Atakebune no son mencionados con frecuencia en las batallas, aun cuando eran los buques capitales de la marina japonesa. Del único evento donde se sabe que estos buques tuvieron una participación activa fue del 16 de diciembre de 1598, la última campaña que marcaría el final de la invasión japonesa.

Nombrada como la Batalla de Noryang (o Luliang), en honor al estrecho que lleva el mismo nombre, fue un asalto a la flota del comandante japonés Shimazu Yoshihiro quien había atracado 500 barcos en la zona. Su misión era romper un cerco coreano y reunirse con Yukinaga para un último ataque conjunto con la esperanza de poder doblegar a los coreanos tras años de derrotas. Sin embargo, el Almirante Yi Sun-sin y su flota combinada de barcos nacionales y chinas, avanzaron sobre el estrecho logrando hundir casi por completo la flota japonesa, (KK News, 2018).

Arte de la Batalla de Noryang, librada por el almirante coreano Yi Sun-sin
Durante la Batalla de Noryang, el Almirante Yi Sun-sin logro explotar las debilidades de los Atakebune desplegando los Geobukseon o Barcos Tortugas, los cuales eran más bajos, largos y estaban mucho mejor armados y defendidos que los gigantes acorazados japoneses. Dominio Público.

En esta batalla  los Atakebune actuaron como fortalezas flotantes proporcionando fuego de apoyo a las demás embarcaciones, pero debido a la velocidad del ataque no tuvieron tiempo suficiente para que sus tripulaciones reaccionaran de forma adecuada. Gracias al uso de nuevos tipos de barcos, los coreanos pudieron avanzar de forma sigilosa sobre los costados de los buques causando daños críticos en los cascos de los Ataka por lo que se perdieron de forma casi inmediata y esta hazaña obligó a los japoneses retirarse de la batalla usando cualquier otro medio, (KK News, 2018). Esta fue la última vez que los Atakebune verían acción.


Ley de Prohibición de Grandes Barcos

Tras la fracasada invasión a Corea, los Atakebune sufrieron exageradas modificaciones como parte de una carrera armamentística entre los daimios, por lo que era vital para el Shōgun limitar sus potenciales navales.

Poco antes de terminar la invasión, los daimios con tal de asegurar su supremacía comenzaron a ordenar Atakas cada vez más grandes y mejor armados por lo que se creía que era cuestión de tiempo para que una nueva revolución interna azotara Japón, por ello en 1609 el Shōgun emitió una orden donde se prohibía la construcción de cascos superiores a los 30 m de longitud y los puestos en servicio serian decomisados y desmantelados, (Kotobank, 2020b).

La ley cumplió con su objetivo puesto que se lograron decomisar aproximadamente 500 buques a los daimios quitándoles todo su potencial militar. De esta forma el Shōgun pudo asegurar que una carrera armamentística no se suscitará y la nación mantuviera la paz que tantos años de guerra les costó conseguir. Con su implementación llegaría el final de los Atakebune puesto que su construcción se volvió ilegal, (Kotobank, 2020b).

Esta ley sería revocada en 1853 debido a que Japón emprendió un proyecto de autodefensa naval y se requería la presencia de enormes buques para poder competir con sus homólogos occidentales.


Problemas de Diseño

En la obra Higakikaisen/Tarukaisen (2010), publicada por el Tokyo Maritime Science Museum, se nos revela que los japoneses no hacían uso de mamparos horizontales como en los diseños de Occidente, sino que estos se adjuntan al casco con una pequeña separación entre ambas estructuras. Esta peculiar característica deja mucho que desear de la resistencia del Atakebune, para el momento en que fue desarrollado ya se sabía de esta técnica y es que los mamparos horizontales proporcionan una mejor protección a la superestructura general del barco y en caso de un daño crítico solo una sección del casco se inunda y no todo el navío. Se desconoce porque no se usaron de esta forma si garantizaba una mayor supervivencia del Ataka, incluso un mayor rendimiento.

Los Morteros Aulladores: Type 98 320 mm

Durante la invasión a Corea la resistencia de los mamparos se puso a prueba y se comprobó que la superestructura no resistía el impacto de los cañones. Los Geobukseon coreanos al estar a la altura del casco podían destruirlo muy fácilmente provocando inundaciones severas que rápidamente sacaban de servicio a los Atakebune, (KK News, 2018).

Los Atakebune se diseñaron para ser fortalezas, sin embargo el título les quedaba demasiado grande y eso se debía a que carecían casi por completo de armas para su autodefensa. Los pocos cañones que disponían eran insuficientes para que el barco reaccionara de forma adecuada ante un ataque, dependía totalmente de los soldados embarcados para defenderse, por lo que su ausencia comprometía al navío, (KK News, 2018).

Representación tradicional de un Atakebune
Representación típica de un Atakebune. Wasen Mokei. Dominio Público.

Tras la invasión los daimios querían corregir estos errores bajo la idea de que entre más tripulación hubiese mejor sería la respuesta, se sabe que el Atakebune más grande fue capaz de llegar a los 50 m de longitud y ocupar una tripulación de 250 hombres más otros 100 embarcados aproximadamente. Con tantos soldados disponibles no habría barco que quisiera atacarlo, pero el diseño del casco seguiría representando un problema y si no se destinaban más armas para su autodefensa aún con esa tripulación no tendrían mucho éxito en un ataque.

Las planchas de hierro que se presume que Nobunaga implemento puede que haya sido un mito para desacreditar todos los errores que los barcos presentaban y la mejor fuente que se tiene de esto es Louis Frois quien se había hecho compañero del daimio. Durante su estancia en Japón durante el Sengoku jidai se dedicó a escribir libros, en uno de ellos cuenta de cuando visitó el Puerto de Ise y observó los Tekkōsen mencionando que Japón tendría el potencial para competir con las marinas europeas con esos grandes buques, haciendo énfasis en que las únicas piezas de hierro que poseían eran los cañones y niega indirectamente la presencia de planchas que reforzarán la superestructura. Cabe destacar que Frois observó el proceso de construcción y la salida a alta mar de los buques, de haber visto las dichosas planchas lo hubiese agregado a sus obras, (NICT, 2020b).


Conclusión

Los Atakebunes fueron una serie de barcos que llevaron a Japón a competir por ser una potencia naval del siglo XVI-XVII, debido a las guerras y dificultades que se estaban desarrollando en ese momento los Ataka se diseñaron en base a las necesidades primordiales de los comandantes que era el transporte de tropas. Si bien se hubiesen destinado mejores conceptos, armas y se hubiesen aplicado algunas características occidentales estos acorazados modernos habrían ganado mayor fama al estar mejor preparados para el combate naval.

Pese a su mal diseño formaron las bases para que Japón desarrollará mejores barcos en los próximos siglos, en especial aquellos que tanto destacaron durante la Segunda Guerra Mundial y se convirtiera en una potencia naval de la era contemporánea.


Bibliografía

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Divulgador y modelista militar dedicado a la búsqueda, consulta e investigación de las armas de fuego de todo tipo, desde armamento básico hasta el más complejo, siendo su principal enfoque, la historia de la caballería blindada.

Notas al final

  1. N. del A. Este momento es mejor conocido bajo los nombres de “Edad de los Estados en Guerra” o “Período de los Reinos Combatientes” y es muy común encontrarlo así en diversas fuentes, sin embargo es una traducción que proviene del chino (Zhànguó shídài) y que más tarde  sería adaptado al  japonés.
  2. N. del A. El término Shōgun (Seii Taishōgun), del japonés “Comandante del Ejército”, fue el puesto más alto que una persona podía alcanzar dentro del gobierno y podía regir en nombre del emperador. Él Shōgun incluso podía dirigir al país sin la intervención del emperador, por lo que durante mucho tiempo estos personajes fueron los responsables de gobernar Japón. En Occidente, el Shōgun adquiere el título de “Rey de Japón”.
  3. N. del A. Los Daimios, (Daimyō), del japonés “Señor Feudal”, eran líderes militares que él Shōgun seleccionaba. Estos personajes representaban clanes y provincias, entre mayor poder obtuvieron mayor reputación tenían dentro del Shōgunato, por ende más grande era el ejército a su servicio.
  4. N del A. El término Yakura hoy en día tiene un uso muy limitado en Japón y ha sido reemplazada por otras palabras. Se puede traducir en dos formas: Torre: cuando la estructura está destinada a la vigilancia, y Torreta: cuando se destina a albergar soldados para ataques a larga distancia. Hoy en día se hace uso de los términos “Tawā” y “Taretto” respectivamente.
  5. N. del A. Kuki Yoshitaka “El Samurái del Mar” (1542-1600) fue un comandante naval que sirvió en las filas de Oda Nobunaga durante la década de los años 1570, es a él a quien se le atribuyen las victorias navales de Nobunaga. Durante la Segunda Batalla de Kizugawaguchi fue su ingenio lo que le permitió obtener la tan ansiada victoria del daimio al desarrollar tácticas de bloqueo y asalto naval.
  6. N. del A. Murakami Takeyoshi (1533-1604) fue un pirata que prestó sus servicios al Clan Mōri durante el Sengoku jidai, proporcionándoles un amplio apoyo naval que iba desde el aseguramiento de rutas comerciales hasta su participación en grandes batallas navales. Se le reconoce como uno de los principales vencedores sobre Nobunaga de la Primera Batalla de Kizugawaguchi en 1576, gracias a su idea de usar armas incendiarias.
  7. N. del A. Konishi Yukinaga (1555-1600)  fue un daimio reconocido por su apego a la religión cristiana, esto lo llevó a ser conocido como Agustín (Agostinho) en Portugal. Sirvió en las fuerzas de Hideyoshi como comandante, era bien conocido por su competencia con otros daimios a tal punto que durante la invasión a Corea apostaba por ver quién podía enviar más soldados en el menor tiempo posible a las costas de Corea. Su determinación lo llevó a que se convirtiera en la mano derecha de Hideyoshi, conformando la punta de lanza en diversos ataques. Debido a su nueva fe, Yukinaga se oponía al tradicional Seppuku (suicidio) por lo que al final de su vida fue decapitado.
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