Los perros héroes: la historia de dos perros soldado de la Gran Guerra

Desde que existe la guerra, la humanidad ha hecho uso de los animales (burros, elefantes, caballos, perros, palomas, etc.) en el campo de batalla. Particularmente, la labor de los perros podía ser variada; eran entrenados para su uso en combate, como centinelas, rastreadores y exploradores.

Los primeros registros que se tienen del uso de perros en combate datan del Siglo VII a.E.C., durante la guerra librada entre Éfeso y Magnesia del Meandro, en donde cada caballero iba acompañado por un lancero y un perro de ataque. Los canes eran soltados para romper las formaciones enemigas y luego seguía una carga de caballería con lanzas.

Estatua de un sabueso moloso, el llamado ‘ Jennings Dog ‘. Copia romana según un original helenístico en bronce, ubicada en el Museo Británico. Este perro de guardia puede parecerse a Périta, el legendario perro de Alejandro Magno; un excelente cazador, guardián, e incluso auxiliar de combate.

Igualmente, en la antigua edad tardía, Atila el Rey de los Hunos utilizó perros molosos a lo largo de su campaña de conquista por toda Asia. Igualmente, durante la conquista de América, los españoles hicieron uso de perros para derrotar a sus enemigos; era común ver en la batalla a robustos mastines y galgos armados con armaduras con púas.

Una burla lo llevó a la guerra; y luego, a la presidencia de Colombia: la guerra de los supremos

De manera más reciente, Napoleón utilizó perros en sus campañas a través de toda Europa. Sin embargo, conviene advertir que el primer uso oficial de perros con fines militares fue en los Estados Unidos durante las Guerras Seminolas; también fueron utilizados en la Guerra de Secesión para proteger, enviar mensajes, y custodiar prisioneros. Aun así, fue en los campos de batalla de la Primera Guerra Mundial donde el uso de los perros tuvo un protagonismo realmente importante.


El Sargento Stubby, el perro más condecorado de la Gran Guerra

El Sargento Stubby es el perro más condecorado de la historia militar y el único ascendido a sargento por méritos de guerra. Stubby, fue encontrado en el campus de Yale en 1917 por John Robert Conroy, era una mezcla de Boston Terrier y Pit Bull.

En 1917 la Primera Guerra Mundial estaba en su punto álgido, los Estados Unidos estaban inmersos completamente en el conflicto y Conroy no tardó en ser llamado a filas; el cabo Robert Conroy desarrolló un aprecio por el perro, embarcó con destino a Francia y lo llevó escondido consigo. Una vez en Francia, Stubby es descubierto. Pero los mandos le permiten a Conroy quedarse con el perro, ya que comprobaron que servía de distracción y subía la moral a las tropas.

Sargento Stubby con uniforme militar y conde-coraciones. Este uniforme fue especialmente confeccionado como agradecimiento por las mujeres de Chateau-Thierry. Imagen de domi-nio público.

De esta forma Stubby quedó encuadrado en el 102º Regimiento de Infantería de los Estados Unidos, aguantando 18 meses en las trincheras francesas, participando en 4 ofensivas y 17 batallas. Entró por primera vez en combate el 5 de febrero de 1918 en Chemin des Names, al norte de Soissons y estuvo durante un mes bajó constante fuego enemigo.

En el mes de abril de 1918, cuando su unidad tomó por asalto Schieprey, Stubby fue herido en la pata delantera por una granada de mano lanzada por los alemanes. Fue enviado a la retaguardia para la convalecencia. Y como lo había hecho en el frente, fue capaz de levantar la moral de los heridos. Cuando se recuperó de sus heridas volvió a las trincheras.

Tras los primeros ataques con gas venenoso, Stubby aprendió a advertir a su unidad del peligro, ya que, gracias a su agudo oído, podía percibir el silbido de los proyectiles al expulsar el gas mucho antes que sus compañeros humanos.

Pero sin duda la mayor hazaña de Stubby fue la captura de un soldado alemán, durante un periodo de descanso en los combates durante la ofensiva de Meuse-Argonne, la cual representó la mayor operación y victoria de la Fuerza Expedicionaria Estadounidense (AEF). Stubby escuchó un ruido tras unos matorrales, se acercó, movido por la curiosidad, descubriendo a un espía alemán, el soldado intento echar a correr. Pero Stubby empezó a forcejear con él y a ladrar; cuando, alertados por el ruido, llegaron otros soldados se encontraron al espía en el suelo boca abajo mientras Stubby lo inmovilizaba mordiéndolo en el trasero. Esta acción le valió a Stubby su ascenso a Sargento.

Luego de la conquista de Chateau-Thierry, batalla que fue parte de la ofensiva del bosque de Bellau, donde los estadounidenses lograron amplias victorias contra las tropas alemanas, las mujeres agradecidas de la ciudad hicieron a Stubby un abrigo de gamuza en el que se prendieron todas las medallas conseguidas. El pequeño can siguió combatiendo y luego fue herido en la pata y en el pecho. Al final de la guerra Robert Conroy volvió con él a su hogar.

El Sargento Stubby con uniforme militar siendo condecorado por el general John J. Pershing. Imagen de dominio público.

Tras su regreso a casa Stubby se convirtió en una celebridad, encabezaba los desfiles militares y marchó en muchas ciudades de los Estados Unidos. Su fama fue tal que logró conocer a tres mandatarios de la Casa Blanca, Woodrow Wilson, Calvin Coolidge y Warren. G Harding. En 1921 el general Pershing le impuso la medalla de oro de la Humane Society of the United States. Acto que quedó reflejado en una famosa fotografía.

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Luego de que terminará la fiebre de la victoria en la Gran Guerra, Conroy asistió a la Georgetown University Law Center y Stubby lo acompañó convirtiéndose en la mascota oficial de la universidad. El resto de la vida de Stubby fue apacible. Finalmente en 1926 había cumplido diez años y murió de manera tranquila mientras dormía al lado de su eterno compañero Robert Conroy. Sus restos se conservan en la exposición The Price of Freedom: Americans at War (el precio de la libertad: los americanos en la guerra) en el Smithsonian.


Satán, el perro héroe de Verdún

Las historias de heroísmo entre estos fieles amigos de cuatro patas no se limitan a Stubby, en las trincheras del norte de Francia durante la Batalla de Verdun, otro can sobresalió por su valentía.

Durante la Primera Guerra Mundial, Francia fue pionera en el uso y entrenamiento de los perros militares, llegando a reclutar cerca de 20 mil canes; de hecho, los franceses tenían una escuela de adiestramiento en el cuartel de Satory, que aún existe y es donde fue entrenado nuestro protagonista: el cabo Duvalle, persona encargada de cuidarlo y decidió ponerle Satán.

La Batalla de Verdún fue una de las más mortales de la Primera Guerra Verdún, librada entre febrero 21 y diciembre 18 de 1916; enfrentó al ejército francés y alemán alrededor de la ciudad de Verdún, Francia. La batalla implicó a más de dos millones y medio de hombres. Aunque Verdún no fue la batalla más mortífera de la Gran Guerra (lo fue el Somme), si fue la más larga, duró alrededor de 10 meses. En esta batalla se dispararon 24 millones de proyectiles, hasta 50 bombas por metro cuadrado fueron lanzadas por 1.200 bocas de cañón durante los primeros siete meses de batalla; fueron destruidas nueve urbes y trajo consigo entre 976 mil y 1,25 millones de bajas.

La única foto existente de Satán “el Perro Héroe de Verdún” Imagen de dominio público.

Las tropas alemanas atacaron por primera vez la antigua ciudad francesa el 21 de febrero de 1916 y la lucha es descrita por el reportero de guerra estadounidense Albert Payson Terhune como:

“Terrible, se podía ver un mar de cadáveres en todo el campo de batalla, la artillería cae sobre nuestras posiciones en todo momento”.

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El pequeño grupo de soldados con los cuales se encontraba Albert Payson pasó los siguientes días luchando, esperando ayuda y refuerzos que no llegaban. Todas las líneas de comunicación habían sido destruidas por la artillería alemana. La esperanza se desvanecía. Cuando a lo lejos logran distinguir una sombra que se acerca a ellos, los soldados se asoman durante un ataque y se percatan que está sombra portaba una máscara antigás. Uno de los soldados franceses sabía lo que pasaba: este soldado era Duvalle y de inmediato reconoció al perro que él había entrenado, no tenía dudas de que era Satán y llevaba un mensaje vital para el contingente. El adiestrado de inmediato lo llamó. Satán avanzó a toda velocidad sorteando el mar de cadáveres que se ceñía alrededor.

Según narra Albert Payson, en el momento en que los alemanes notan a Satán, desataron toda su artillería y disparos sobre el can para que no llegue a su destino. El perro pudo esquivar los proyectiles sorteando el terreno, como le había enseñado Duvalle. Para esto él lo había adiestrado a moverse en zigzag; aun así, una de las balas rozó en la pata del perro y este se estrelló contra el suelo, un segundo impacto de bala le rompió la pata derecha.

En ese momento Duvalle saldría de las trincheras y quedaría expuesto al fuego alemán mientras gritaba:

“Satán, ánimo amigo mío. ¡Por Francia!”

Duvalle murió al instante debido a los impactos de bala que recibió. Pero ese acto de valentía logró su cometido: Satán se puso de nuevo en pie, con una pata rota y tambaleándose siguió su carrera hacía las trincheras francesas.

File:French trench battle.jpg
Soldados franceses en su trinchera (1916). Library of Congress: https://www.loc.gov/index.html

Finalmente, el valiente perro llegó tambaleándose a su objetivo. Los soldados le quitaron la máscara y obtuvieron la carta que con el llevaba. En ella se leía lo siguiente:

«¡Por el amor de Dios, aguanten! Mañana enviaremos los refuerzos.”

Satán también traía consigo dos palomas mensajeras. Así fue como el capitán al mando escribió dos mensajes con las coordenadas de las posiciones de artillería alemanas. Ambos mensajes imploraban a los oficiales superiores que iniciaran la contraofensiva lo más antes posible mientras ellos seguían resistiendo.

De esta manera las palomas inician su vuelo, una de ellas fue alcanzada por un francotirador alemán. Pero la otra logró sortear los obstáculos y entregar el mensaje. Unas horas después, la artillería francesa comenzó a disparar toda su potencia contra las posiciones alemanas.

Satán demostró su valentía, si bien su destino fue incierto, algunas fuentes afirman que murió a causa de sus heridas; otras especulan que sobrevivió a la guerra y fue retirado del frente, lo que es seguro es que se ganó un lugar en la historia militar francesa como el

«Perro Héroe de Verdun».

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En honor a todos los animales que lucharon en la guerra

Stubby y Satán no fueron los únicos héroes en esa cruenta guerra, se estima que más de 50 mil perros sirvieron de ayuda en las trincheras llevando a cabo algunos de los trabajos más peligrosos en el campo de batalla.

Los pequeños, como perros y gatos ayudaron a salvar muchas vidas como portadores de mochilas médicas, como animales de carga de pequeñas carretas o mensajeros, jugándose su vida de trinchera en trinchera, e incluso haciendo la vida un poco más llevadera frente al horror de la guerra. Naturalmente, en la Gran Guerra los animales fueron usados como bestias de tiro y carga, pero no solo fueron los caballos, cualquiera servía, desde renos, pasando por camellos, hasta elefantes.

No hay que olvidar el importantísimo papel de las palomas mensajeras, quienes iban de aquí allá con vitalísimos mensajes que podían cambiar el curso de la guerra. Sin hablar de los caballos -cuyas cifras de fallecidos redondean a los 780 mil- en cuya guerra moderna, como en un cuento de fantasía, galopaban heroicamente lado a lado con los tanques de guerra frente a las andanadas y ametralladoras.

“Sin tener idea de por qué habían sido arrastrados a los conflictos de los hombres, ellos (los animales) actuaron solamente movidos por la lealtad y el afecto.”

Jilly Cooper, PDSA, 2004

Bibliografía

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  • Greenhalgh. (2010). Early Greek Warfare: Horsemen and Chariots in the Homeric and Archaic Ages. <em>Cambridge University Press.
  • La Primera Guerra Mundial. (22 de 10 de 2014). Obtenido de La Primera Guerra Mundial: http://laprimeraguerramundial19141918.blogspot.com/2014/10/el-perro-satan-heroe-de-verdun.html
  • Mendez, J. (18 de 05 de 2013). Sargento Stubby. El perro condecorado de la Primera Guerra Mundial y el ascendido a sargento. Obtenido de La otra historia: http://wwwlaotrahistoria.blogspot.com/2013/05/sargento-stubby-el-perro-mas.html
  • Rohan, J. (2006). Rags, the Dog Who Went to War. Liskeard: Diggory Press.
  • Segovia, J. (2018). Soldados de cuatro patas. XLSemanal. Obtenido de https://www.xlsemanal.com/conocer/historia/20180621/perros-soldado-primera-guerra-mundial.html
  • Sgt Sergeant Stubby. (s.f.). Obtenido de Find a Grave: https://www.findagrave.com/memorial/12236483
  • The New York Times. (21 de 02 de 1915). DOGS OF WAR IN EUROPEAN CONFLICT; Egyptians and Romans Employed Them in Early Warfare — Battle Dogs in 4000 B.C. Obtenido de https://www.nytimes.com/1915/02/21/archives/dogs-of-war-in-european-conflict-egyptians-and-romans-employed-them.html

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Estudiante de periodismo, redactor y creador del canal Entre Bombas y Trincheras, con más de ocho años de consulta, investigación y lectura de la Segunda Guerra Mundial y diversos conflictos del siglo XX.

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Licenciado en Ciencias Sociales, docente de Historia en la educación básica primaria y secundaria, y educación media en Colombia. Editor y redactor en Guerra Total.

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