Son muchas las armas que han servido para provocar un enorme terror psicológico, muchas de ellas gracias a las ondas sonoras que producen y que solo es necesario oírlas unos cuantos segundos para saber que aquello se acerca y muchos morirán a su llegada.

De tales armas podemos destacar a los famosos Junker Ju 87 «Stuka» con sus populares Trompetas de Jericó o los BM-13 «Katyusha» y su característico silbido, aunque también podemos mencionar a aquellas que con su presencia podían ocasionar el mismo impacto sin necesidad de ser escuchados, tal como los cazas japoneses que el hecho de que mantuvieran una sola trayectoria sin perturbarla ya era signo de que estaba dispuesto a estrellarse contra su objetivo.

Estos últimos fueron el mayor representativo del Pacífico y es que el «Kamikaze» gano una enorme fama por su determinación de acabar con su vida en nombre del Imperio de Japón, muchos marines y pilotos fueron víctimas de la tenebrosa acción que tomaban siendo símbolos de esta guerra psicológica librada en este escenario. Sin embargo, había un arma que ningún soldado quería oír durante las batallas de Iwo Jima y Okinawa cuyo impacto es por mucho superior al ocasionado por los Stuka o los Órganos de Stalin.


Un Arma Grande para un Enemigo Gigante

En 1931 el Imperio de Japón finalmente anexa el territorio chino de Manchuria creando al Estado títere de «Manchukuo», debido a su ubicación que colindaba con la frontera de Mongolia y por ende de la URSS este evento se tradujo en una seria amenaza por parte de los japoneses.

Para prevenirse de una posible acción militar se decidió reforzar la frontera con Manchukuo cerca de la ciudad de Dongning, Heilongjiang, China, creando una serie de fortificaciones que debían frenar cualquier fuerza de ataque que los japoneses lanzaran sobre ellos.

Con la presencia cada vez mayor de tropas soviéticas y con las nuevas defensas siendo instaladas los japoneses creían que ellos serían los primeros en dar el primer golpe, así que a mediados de los años 30 el Ejército de Kwantung planeo atacar la línea defensiva soviética y para ello necesitaba de una poderosa pieza de artillería que fuese capaz de destruirla fácilmente, (装甲铲史官, 2021).

Foto tomada a uno de los tantos fortines que conforman la línea defensiva de Dongning. Thingstodopost. Dominio Público.

Durante el año imperial 2598 (1938 en el gregoriano) se tuvo listo a lo que pasó a denominarse como «Mortero Type 98» el cual estaba completamente destinado a la destrucción de fortificaciones y de cualquier emplazamiento defensivo.

Su diseño era sencillo ya que consistía de un lanzador hecho de acero el cual se sellaba de un extremo por una placa curva del mismo material y esta se apoyaba sobre una placa convexa, (Toryu, 2013).

El lanzador se apoyaba sobre una enorme plataforma de madera de tres capas sobrepuestas atornilladas y alternadas con vigas de acero cuadradas, junto a este complemento el peso total del arma era de 1,215 kg. Pero era su calibre lo que realmente lo hacía un arma temeraria, el tubo era de 300 mm pero la granada era de 320 mm y una más fue denominada como de «Súper Calibre 330 mm», su peso era de 300 kg y estaba constituida por tres partes:

  • Ojiva: La cual contaba con una espoleta, una considerable cantidad de pólvora y una carga propulsora principal.
  • Cuerpo: Era una estructura cilíndrica hueca donde se colocaban cargas propulsoras secundarias.
  • Base: Al igual que el cuerpo es una estructura cilíndrica hueca la cual posee dos pares de aletas estabilizadoras y que se puede unir a la plataforma.
Secciones de un Type 98 320 mm
Fotografía tomada a una granada desmontada. Debido a su considerable masa cada sección necesitaba a dos soldados para poder armarla e instalarla en su plataforma. Segunda Guerra Mundial. Dominio Público.

La carga propulsora principal se almacenaba en una pequeña caja de latón la cual se colocaba justo encima de la espiga, este último era un espacio cilíndrico de mayores dimensiones y se encontraba justo debajo de la caja de latón.

Para poder disparar el mortero se hizo uso de un cable que se conectaba a la espiga mediante un canal, dicho cable al ser accionado liberaba una carga eléctrica que encendía las cargas propulsoras dando inicio al proceso de lanzamiento. Esta característica llevo a que el Type 98 fuese conocido como «Sashikomi-shiki kyūhō» o «Mortero Enchufable», nombre en clave con el que también fue patentado.

También recibieron el extraño sobrenombre de «Mu-hōdan» o «Sin Cañón», esto debido a que el arma fue concebida como un cañón pero como no llego a clasificar como tal se le apodo de esta manera, además de que su potencia de fuego se asemeja a la de uno, (Houzan, 2014).

Jinete del Apocalipsis: Objeto 279

En poco tiempo se tuvieron alistadas algunas unidades las cuales pronto entrarían en acción durante el Incidente de Nomonhan. Durante este conflicto con la Unión Soviética los japoneses esperaban que sus fuerzas avanzaran rápidamente hasta alcanzar la línea defensiva, una vez se asegurara una zona adecuada los morteros junto a otras piezas de artillería se desplegarían y abrirían fuego contra las fortificaciones.

Sin embargo, el plan nunca resulto, si bien inicio con buenos resultados pronto la marea de la batalla cambio y los soviéticos empezaron a obligarlos a retroceder haciéndose imposible el poder desplegar los morteros.

Una vez que la batalla llego a su fin el 16 de septiembre de 1939, el Ejército de Kwantung decidió retirar los Type 98 de la frontera norte y opto por movilizarlos al sur donde se creía que serían más efectivos contra las fuerzas aliadas, especialmente las británicas.


Pruebas antes de la Catástrofe

Con la guerra contra la URSS suspendida y con la decisión de desplegarlas al sur se optó por llevar a cabo una serie de pruebas donde se revelo que el Type 98 no solo era altamente destructivo sino que podía ser bastante ineficiente.

Inicialmente se encontró que el mortero poseía un rango exageradamente corto, si se usaba una carga propulsora de 1,400 kg la granada era capaz de viajar hasta un máximo de 1100 m a 110 m/s con un error de rango de 7.4 m y un error de cálculo de 1.8 m lo que lo hacía demasiado impreciso.

Con la carga estándar/mínima de 0.500 kg la granada salía a una velocidad de 56.4 m/s a una distancia máxima de 320 m, su error de rango era de 2.8 m y el margen de error de cálculo de 0.8 m, en cualquier caso la granada era demasiado lenta e imprecisa, (装甲铲史官, 2021).

También se probaron dos cantidades más de carga y cuyos parámetros pueden verse en la siguiente tabla:

Cabe resaltar que el error de rango se traduce como la distancia de desviación del objetivo, es decir que puede caer de 2.8 a 7.4 m, según sea el caso, del centro marcado. En el caso de error de cálculo es que puede impactar de 0.8 m a 1.8 m antes o después del objetivo. Dichos puntos se explican en el siguiente diagrama:

Archivo Fotográfico del Autor.

Además de su excesiva imprecisión su tiempo de vida no era la mejor, gracias a su plataforma de madera que le permitió ser transportado por cualquier vehículo o por 12 soldados siendo la pieza de mayor calibre más ligera de la guerra, las enormes cargas propulsoras en poco tiempo la desgastaban a tal punto de volverlas un montón de carbón. Un mortero podía realizar 4-6 tiros antes de que su plataforma y el mismo tubo estuviesen comprometidos y por ende inservibles, esto si hacía uso de la máxima cantidad de carga propulsora; con la cantidad mínima se podían registrar hasta 10 disparos, (凌沫少校, 2013).

Podríamos decir que cada tiro es valioso pero con una probabilidad muy por debajo del 50% de acertar en tu objetivo dicha frase se vuelve absurda.

Otra cuestión es que la plataforma debía estar ajustada a 45°, cualquier ángulo fuera del fijado podía comprometer al mortero haciéndolo aún más inútil y más que nada inoperable. Existió una estricta norma de instalar la pieza en ese ángulo para poder dispararla, (装甲铲史官, 2021).

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Diagrama que explica cada sección del mortero y en que ángulo debe ser instalado. KKnews. Dominio Público.

Aún con todos estos desperfectos el Type 98 poseía una exagerada potencia de fuego, la enorme ojiva de clase HE (High Explosive – Alto Explosivo) al detonar era capaz de generar un enorme cráter de 2.5 m de profundidad y 4.5 m de diámetro. Su potencia era equiparable con la del obús Type 7 de 305 mm cuya detonación del proyectil daba un resultado similar.

También se debe resaltar que su diseño sencillo permitía una rápida instalación del arma, se necesitaba cerca de una hora para poder armar la plataforma, instalarla en su debida posición, equipar el mortero y preparar una carga.

Poco antes de ponerlos en acción se estableció que por cada escuadrón debía haber 8 morteros; 4 alistados y otros 4 de repuestos con 12 rondas disponibles, para una brigada eran 12 morteros y 36 rondas. Así que cada unidad solo podía realizar tres disparos antes de ser retirado y debían contar con una dotación de 56 soldados, los cuales debían cubrir su operación, transporte, instalación, recarga y reemplazo.


Quebrantando a los Aliados

La primera entrada en acción de los Type 98 data de entre febrero-abril de 1942 cuando las fuerzas del Teniente General Masaharu Homma se abalanzaron sobre las USAFFE (Fuerzas Armadas de los Estados Unidos en el Lejano Oriente) en Filipinas, durante la Batalla de Bataan.

Existen muchas dudas de la participación de los morteros en esta contienda ya que los japoneses solo registraron el uso de piezas no mayores a 240 mm, aunque de esta batalla es bien sabido que Homma recibió apoyo del 1er Cuartel General de Artillería liderado por el Teniente General Kishio Kitajima, quien gracias a su presencia se realizó un uso exhaustivo de 190 piezas de artillería con un calibre mínimo de 155 mm, (Yenne, 2014).

Según informes estadounidenses los japoneses desplegaron dos batallones de morteros cuyas únicas armas eran los Type 98, estos fueron el 14° y 15° Batallón de Morteros Independientes que disponían de 16 y 8 unidades; siendo liderados por el Mayor Tanaka y el Teniente Coronel Yoshida respectivamente. Se les habría dispuesto de 175 cargas pero se desconoce si todas fueron utilizadas.

Dichas piezas lograron quebrantar las líneas defensivas aliadas y según se cuenta su estremecedor disparo logro quebrantar la mente de los estadounidenses quienes en ocasiones abandonaban sus posiciones. Este dato no ha sido del todo confirmado ya que debido a la enorme presencia de piezas de artillería cualquiera pude ser responsable de este terror psicológico.

Cabe resaltar que la pieza oficial de mayor calibre durante esta batalla era un arma rara del arsenal japonés. Denominados como Type 45 eran grandes obuses que se diseñaron en 1912 tras la Guerra Ruso-Japonesa para la destrucción de fortificaciones. Solo se fabricaron 80 ejemplares y para 1942 eran piezas muy raras de encontrar y aún más de utilizar, pero su potencia de fuego seguía siendo considerable y la Batalla de Bataan fue el único evento donde se registró su participación, (凌沫少校, 2013).

Artillería japonesa en la campaña del Pacífico
Fotografía tomada a un Type 45 de 240 mm abriendo fuego contra posiciones enemigas. All World Wars. Dominio Público.

Aunque si se tiene un registro oficial de la Batalla de Singapur, tras una ardua lucha los británicos se habrían asentado en el poblado de Bukit Timah donde diseñaron una pequeña línea defensiva para tratar de aguantar y si era posible frenar el avance japonés.

El día 10 de febrero los japoneses realizaron una serie de incursiones que tenían como objetivo tomar el poblado, los británicos respondieron lanzando una carga la cual termino en un rotundo fracaso lo que los obligo a salir del pueblo y refugiarse tras él. En poco tiempo los japoneses capturaron Bukit Timah rodeando y asediando a los británicos para obligarlos a rendirse, (NHB, 2020).

Al día siguiente las fuerzas británicas ya estaban agonizando pero se negaban a rendirse, ante ello la 5° División japonesa desplego tres morteros Type 98 e iniciaron un bombardeo sobre los últimos soldados cuerdos, (装甲铲史官, 2021). Las violentas y resonantes explosiones combinadas con un aullido infernal provocado por los disparos término quebrando sus voluntades y sin más remedio se rindieron ante los japoneses.

Tras este evento los morteros fueron apodados como «Bombas Zumbadoras» y como «Lanzadores Gritones» ya que los británicos que lograron sobrevivir a este evento así como los pobladores describían que los disparos de los morteros producían un peculiar sonido que recordaba al grito de una mujer.

Mientras el terrible sonido de los morteros era abrumador para los aliados, para los japoneses era un grito de batalla. Cuando el resonar de los disparos comenzaba era como una invitación a combatir para ellos llegándose a confirmar que servía como un arma inspiradora que les subía la moral, (Houzan, 2014)

Al termino de la batalla los morteros volvieron al silencio una vez más, en los próximas encuentros contra las fuerzas aliadas no habían muchas posibilidades de desplegarlos ya que se descubrió que eran muy vulnerables en el sentido de que los operadores podían caer fácilmente si eran sorprendidos por cualquier clase de fuego enemigo.

Además de que los terrenos así como condiciones no eran del todo adecuados para poder instalarlos, se decidió mantenerlos en estado inactivo hasta que se necesitaran una vez más, lo cual ocurrió algunos años más tarde.


Los Aullidos de Jesús

Aunque se tienen supuestos reportes de su uso en Filipinas e Imfal (una ciudad de la India) solo hay dos zonas más donde los morteros se convirtieron en un arma peor que los Stuka o los Katyusha, incluso más que los dos juntos los cuales ya habían dejado su marca en miles de soldados.

Uno de esos registros data de Okinawa, desafortunadamente no hay muchos datos que nos digan que tan efectivos fueron y cuantas bajas provocaron durante esta batalla. El ejército estadounidense confirmo que en este salto de isla los japoneses llegaron a utilizar 30 morteros, todos de 70 mm, aunque el 32° Ejército llego a desplegar 470 piezas de calibre aún no confirmado por lo que los morteros pueden figurar entre ellas, (JAT, 2008).

Al sur de Okinawa, específicamente en la ciudad de Shuri, los japoneses crearon una línea defensiva que se caracterizaba por el uso extensivo de piezas de artillería de gran calibre, algunas fueron confirmadas como armas navales de 200 mm y varios cañones de campaña de 150 mm, este puede ser el mejor punto para concentrar los morteros por la naturaleza pesada que tenía.

Las batallas alrededor de Shuri fueron de las más sangrientas que se pudieron llevar a cabo durante el asalto a la isla y los morteros pudieron jugar un papel crucial en la destrucción mental de los estadounidenses si es que fueron usados en esta zona. Aunque tras la batalla se ganarían los sobrenombres de «Cohetes Fantasma» y «Cubos de Basura Volantes»-

Artillería japonesa en la Batalla de Okinawa
Soldados estadounidenses inspeccionan algunas piezas de artillería japonesas abandonadas al sur de Shuri. History Army. Dominio Público.

El mejor registro que se tiene del uso de los Type 98 data de la Batalla de Iwo Jima donde serían ampliamente usados y donde se ganarían una muy mala fama por su característico aullido.

Poco antes de la batalla los japoneses desplegaron al 1er Regimiento de Morteros Independientes quienes lograron instalar 12 morteros a lo largo de su extensa línea defensiva que se adentraba en la isla. Pronto llego el 20° Batallón de Morteros de Artillería Independiente quienes instalaron otros 12 ejemplares.

Se crearon emplazamientos que albergaban un equipo de 3 unidades, para acelerar el proceso de recarga y de reemplazo se planeó crear una compleja red de túneles de 38 km que almacenarían los repuestos y sus respectiva cantidad de ojivas, así como la munición de las demás piezas. Para su mala suerte solo se llegaron a completar 5 km de recorrido cuando ocurrió el asalto pero los emplazamientos de morteros quedaron conectados así que cumplieron su objetivo, (USMC, 2007).

Proyecto Rainbow: El Experimento Filadelfia ¿Realidad o Ficción?

Cuando los estadounidenses se adentraban en el rango de tiro de los morteros estos eran disparos en salva, el ya estremecedor ruido que generaban se multiplicaba generando un ruido mucho más perturbador que fue conocido como el «Aullido de Jesús».

Los Aullidos de Jesús fueron la peor experiencia de la guerra del Pacífico, debido a la inexactitud del arma sumado a una ronda de tres disparos era muy difícil saber dónde caería y quienes matarían. Un general en una ocasión menciono algo al respecto de esta táctica: «Se les veía venir, pero nunca se sabía dónde demonios iban a caer». Estas fueron las palabras de Robert E. Cushman Jr, comandante del 2° Batallón del 9° de Marines tras experimentar la horrible estrategia japonesa, (Toryu, 2013).

Morteros de espiga abriendo fuego
Fotografía tomada a un equipo de morteros siendo disparados en salva generando los «Aullidos de Jesús». Dominio Público.

Ya existía un gran temor al escucharlos y aún faltaba lo peor que era verlos caer en quién sabe dónde y contra quien sabe quién.

Muchos marines los llamaban «Fireballs» o «Bolas de Fuego» porque así se veían las ojivas en pleno vuelo cuando se dirigían hacia tu posición. El arma seguía siendo desconocida para las fuerzas aliadas así como un secreto para los mismos soldados japoneses pese a las terribles experiencias registradas con anterioridad y cuando llegaba el momento de interrogarlos preguntaban por las bolas de fuego, (装甲铲史官, 2021).

El mortero se destinó a batallones especializados los cuales eran muy reducidos y sus altos mandos japoneses supieron mantener el arma en secreto ya que no dependían de los otros grupos así que durante estos interrogatorios las negativas sobre los Type 98 eran acertadas, realmente desconocían la existencia de estos morteros.

La primera vez que se llegó a confirmar la existencia de las bolas de fuego fue hacia el final del asalto donde lograron capturar a un comandante de uno de los batallones independientes quien les afirmo que estaban haciendo uso de una pequeña serie de morteros cuyo calibre de su ojiva generaba esas dichosas bolas.

Pero aún había un problema, ahora conocían la existencia del arma pero no podían verlas. Los emplazamientos en los que se instalaban estaban ocultos y como los morteros se retiraban en poco tiempo no quedaban vestigios de su presencia, el comandante capturado llego a mostrarles una pequeña parte de la red de túneles que construyeron y de cómo los morteros se almacenaban en ellas. Los estadounidenses pronto iniciaron una extensiva búsqueda de estos túneles y del arma hasta que finalmente dieron con ellas, lo que aquel personaje les había contado era cierto, los morteros se ocultaban en esta red y encontrarlos era todo un reto. (装甲铲史官, 2021).

Inspección de un Type 98
Un soldado estadounidense inspecciona los restos de un Type 98 en uno de los emplazamientos ocultos que se fabricaron antes del asalto a la isla. Dominio Público.

Después de Iwo Jima ya había un extenso temor de encontrarse con los morteros y peor aún, escuchar los aullidos de Jesús. Aunque el mortero tenía una enorme desventaja la cual fue poseer una ojiva de material puramente explosivo.

La mayoría de morteros posee una segunda carga principal y es de fragmentación, así cuando impactan además de destruir un objetivo fijo pueden eliminar a las tropas que estén a su alrededor en un rango considerable. El Type 98 carecía de metralla así que solo era mortal para quienes se encontrasen en un rango de 4.5 m que es el diámetro del cráter, si bien es un rango demasiado grande el uso de metralla le hubiese dado la capacidad de eliminar grandes concentraciones de tropas en el doble de rango y por su enorme potencia de fuego seguro hubiese daño a una gama considerable de vehículos, (凌沫少校, 2013).

Al parecer esta idea nunca se les cruzo por la cabeza a los japoneses y es entendible porque el mortero estaba destinado a la destrucción de fortificaciones, su uso como arma antipersonal fue como una medida desesperada ya que se encontraban perdiendo la guerra y empezaron a desplegar todo lo que estuviese en su arsenal. Aún con su uso en 1942 se vio como innecesario puesto su aullido era suficiente para quebrantar a las tropas enemigas.

Una enorme desventaja su ausencia de metralla, pero una enorme fortuna para quienes fueron víctimas del Type 98.


El Mortero en la Cultura Popular

Los Type 98 han quedado olvidados con el paso del tiempo, apenas son reconocidos incluso aún después de ser un arma psicológica mucho más aterradora que las más famosas armas alemanas y soviéticas.

Su impacto en la cultura popular ha sido insignificante pero han hecho un excelente debut en la película Cartas desde Iwo Jima del año 2006, donde por unos momentos podemos verlos en acción. Aunque no poseen su característico aullido quebrantador de mentes su diseño y su mera presencia no deja de sorprender.

Aunque no están muy presentes dentro del mundo cinematográfico, literario o gamer, si lo están en el del modelismo. Aquí han encontrado una gran acogida existiendo varios modelos a escala de estas espectaculares armas habiendo piezas exclusivas para juegos de mesa estratégicos. Fuera de ello es muy difícil poder encontrar a los Type 98 en otros ámbitos.

Captura de la escena de la película Cartas desde Iwo Jima, donde un par de soldados están alistando un Type 98. Dominio Público.

Conclusión

Los Type 98 fueron excelentes medios disuasorios y armas psicológicas que demostraron tener un gran valor en la campaña del Pacífico, pero la falta de mejoras o actualizaciones les costó demasiado a la hora de enfrentar a grandes grupos de enemigos.

Su enorme sencillez y su espectacular ligereza lo convierten en el arma de mayor calibre más ligera que se haya fabricado a costa de entregar una enorme vulnerabilidad que pudo compensar con su excesiva potencia de fuego.  

Un arma espectacular en muchos sentidos que llego a dejar su marca en la Segunda Guerra Mundial, cuyo impacto se ve ensombrecido por sus pocos reportes de uso y por armas más famosas que de recibir un poco más reconocimiento podía colocarse en un puesto mucho más alto dentro de las armas psicológicas, ya que cumplió con creces esta tarea.


Bibliografía

  • Yanne B. (2014), The Imperial Japanese Army: The Invincible Years 1941-42, Gran Bretaña, Osprey Publishing.

Autor

Divulgador y modelista militar dedicado a la búsqueda, consulta e investigación de las armas de fuego de todo tipo, desde armamento básico hasta el más complejo, siendo su principal enfoque, la historia de la caballería blindada.

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