La captura del Tiger 100
En la Segunda Guerra Mundial, muchas historias permanecen desconocidas, enterradas en el polvo del tiempo, y hay hay un hecho poco conocido que fue fundamental para la guerra y que tuvo grandes consecuencias para los alemanes a largo plazo: la captura del Tiger número 100.
Este tanque pesado alemán fue capturado en Leningrado por las fuerzas soviéticas en 1943 y su análisis permitió a los soviéticos desarrollar tácticas efectivas para luchar contra los tanques pesados alemanes.
Para los alemanes, esta pérdida significó la exposición de las debilidades de su tanque insignia y el inicio de una carrera armamentística que los dejó en desventaja.
El 22 de junio de 1941 comenzó la operación Barbarroja, el ataque del Tercer Reich a la Unión soviética. Para dicha ofensiva, los alemanes dividieron sus fuerzas en tres grandes grupos de ejércitos que atacaron tres objetivos diferentes.
- El grupo de Ejércitos Sur debía avanzar hacia Kiev, con el objetivo de empujar profundamente el flanco y retaguardia de las fuerzas rusas.
- El grupo de Ejércitos Centro, el más formidable, tenía la tarea de romper el área alrededor y al norte de Varsovia, y de destruir las fuerzas enemigas en Rusia Blanca (Bielorussia).
- El grupo de Ejércitos Norte debía avanzar en dirección general hacia Leningrado.
Leningrado, constituía el objetivo operacional principal de Barbarroja, pues capturar la ciudad neutralizaría toda la flota rusa del Báltico y aseguraría el suministro de abastecimientos del ala norte del ejército alemán. Para el 20 de agosto los alemanes ya habían cortado la comunicación ferroviaria entre Moscú y Leningrado; y para el 15 de septiembre, Leningrado estaba totalmente cercada.
Pero había un gran problema, la ciudad era enorme y vivían más de 3 millones de personas; además, las fuerzas soviéticas se defendieron con uñas y dientes, manteniendo a raya a los germanos, por ende, se decidió asediarla para someter la ciudad a la hambruna.
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Es a partir de ahí que comenzó el sitio de Leningrado, que duró hasta el 27 de enero de 1944. Pero, a pesar que el frente norte de la URSS fue el más estable, no significa que haya sido tranquilo. Durante los dos años y cuatro meses de asedio se vivieron feroces combates entre los soviéticos que pretendían romper el sitio y los alemanes que intentaban mantenerlo, fue durante ese periodo que transcurrió la captura del Tiger 100.
El 18 de enero de 1943, el 67ª ejército soviético perteneciente al frente de Leningrado y el 2ª ejército de Choque perteneciente al frente de Volkhov se lanzaron a la ofensiva para abrir un corredor terrestre a la ciudad. Esta ofensiva tiene éxito y se logra transportar una gran cantidad de suministros vitales para los sitiados. Además, en la ofensiva, 8000 soldados alemanes pertenecientes al Kampfgruppe Hühner quedan cercados, incluidos elementos del Schwere Panzer Abteliung 502 que había sido enviado a reforzar el cerco, y que había sido creado el 25 de mayo de 1942, siendo equipado por entonces con los nuevos tanques Tiger 1.
Las fuerzas del Kampfgruppe Huhner comienzan a luchar para romper el cerco por el sur, cosa que logran y pueden llegar a salvo a las líneas alemanas. Sin embargo, en el fragor de la batalla uno de los tanques pesados, el Tiger 100, se sale accidentalmente de la carretera y queda empantanado en una pequeña ciénaga sin daño alguno.
Ante la imposibilidad de recuperarlo, la tripulación prepara los explosivos para su demolición, con el objetivo de evitar que caiga en manos enemigas, pero pronto aparece la infantería soviética que los hace huir.
Así, los soviéticos, tenían a su alcance uno de estos nuevos monstruos de acero totalmente intacto, por lo que comienzan a desmontar las cargas explosivas. Los alemanes desesperados, lanzan un contrataque tratando de llegar al Tiger inmovilizado, llevándose a cabo una feroz escaramuza donde son rechazados con fuertes pérdidas por los soviéticos.
Los oficiales soviéticos solicitan que cinco tanques ligeros T-60 pertenecientes a la 61ª brigada de tanques lleguen al sitio y remolquen fuera de la ciénaga al Tiger. Mediante cables de arrastre los cinco T-60, siendo acosados por fuego alemán, logran arrastrar al Tiger fuera de la zona empantanada para luego ser remolcado por un único KV-1 que lo llevó hasta las líneas soviéticas.
Días antes, los soviéticos también habían capturado el Tiger 121, pero este tenía su motor y radiador dañados, ya que había sido alcanzado previamente por la artillería. El Tiger 100, por su lado, estaba prácticamente intacto, siendo el primer tanque de este tipo capturado en tales condiciones por el Ejército Rojo.
Los tanques fueron catalogados como “tanques capturados del tipo HENSHEL» y para abril ya estaban en el campo de pruebas. Se decidió usar el Tiger 121 para probar la durabilidad del blindaje y usar el Tiger 100 para probar el arma contra el blindaje de los tanques soviéticos.
Los técnicos del ejército rojo hicieron profundas evaluaciones para detectar sus fortalezas y sus puntos débiles. Siendo así, para los alemanes fue un golpe devastador, puesto que uno de sus nuevos carros pesados estaba a total disposición del enemigo, de hecho, el 502 había sido equipado con estos tanques en agosto de 1942.
Pero, para empeorarlo todo, meses después los aliados occidentales capturaron otro Tiger intacto en el Norte de África, el famoso Tiger 131 que se encuentra actualmente en el museo de Bovington, por lo tanto, estadounidenses y británicos también tendrían información y estudios de primera mano sobre las cualidades y defectos del Tiger l.
Para abril de 1943, el Tiger 100 llevó a cabo varias pruebas. Entre ellas se supo que su planta motriz era deficiente ante el peso del tanque, con una baja capacidad off road y que la transmisión impedía que se pudiera desenvolver en el combate en movimiento.
También, se llevaron a cabo pruebas de tiro contra tanques T-34 y KV-1, en conjunto con su cañón homólogo, el 52-K de 85 mm. Se utilizó el 88 mm para disparar a los tanques soviéticos T-34 y KV, siendo fácilmente penetrados a una distancia de 1,5 km.
Se comprobó que la eficiencia del 88 era alta pero fácil de igualar, y los resultados demostraron que se debía mejorar el KV y que se podía poner en servicio al 52-K como cañón AT, dando la posibilidad de asimilar la potencia de fuego alemana, ya que el blindaje frontal del tanque no podía ser penetrado por el cañón F-34 de 76 mm, el principal cañón del tanque soviético en ese momento.
Además, a través de estos estudios, se pudo informar a las tropas soviéticas que la movilidad de los tanques dependía del correcto funcionamiento de las partes de la suspensión: como lo es el piñón (rueda motriz pequeña), tensor (rueda pequeña en la parte trasera), ruedas y orugas. Todas estas partes eran vulnerables a los proyectiles de todos los calibres; siendo un elemento particularmente sensible la rueda dentada.
También se instruyó que el disparar proyectiles perforantes de cañones de 76, 57 y 45 mm en las placas inferiores del Tiger, en el motor y los tanques de combustible, podían causar incendios en el vehículo. Lo mismo sucedía al perforar las placas superiores a los lados del tanque al momento de alcanzar los compartimentos de municiones, provocando incluso una explosión.
Este fue un punto débil muy explotado por soviéticos y Aliados; por ejemplo, se sabe que en Túnez varias unidades se incendiaron. Ello se suma, a que se recomendaba lanzar granadas y cocteles incendiarios a las áreas de ventilación.
Entre otros muchos otros puntos débiles, se enunció que dirigir el fuego del cañón AT y de ametralladoras pesadas hacia la hendidura de 10 mm alrededor de la base de la torreta, podría dañarla gravemente a tal punto de que esta no girase. También, un proyectil HE (Alto Explosivo) en la base de la torreta podría destruir el techo del casco, dejando totalmente fuera de servicio al tanque.
Gracias a estas y otras pruebas en los Tiger, así con los análisis de los enfrentamientos, tantos soviéticos como los anglo-británicos, generalizaron el uso de armas con mucha mayor potencia y compartieron manuales a las tropas antitanque y tanquistas. El reinado del Tiger duró apenas un año y, para mediados de 1943 e inicios de 1944, los estadounidenses y soviéticos desarrollaron carros que podían vencer sin problemas el blindaje frontal del Tiger. Por ejemplo, el T-34/85 tenía una penetración similar, aunque un poco menor, 105 mm a mil metros y 120 mm a quinientos metros.
Los Sherman, equipados con cañones de 76 mm y utilizando munición AP (antitanque) estándar, podían perforar 109 mm de blindaje a mil metros y 121 mm de blindaje a quinientos metros. Por supuesto, los alemanes se dieron cuenta de este problema y por eso fue que, para 1944, dejaron de producir el Tiger I a favor del Tiger ll.
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Para finalizar, otros varios tanques Tiger fueron nuevamente capturados por los soviéticos. Algunos de ellos intentaron se usados por el Ejército Rojo, y hubo algunos programas para agregar el cañón soviético D-10T, el cual apareció en prototipos soviéticos de finales de la guerra como el T-34-100 y el SU-101. Está variante de Tiger fue llamada T-VI-100.
Sin embargo, el cañón 88 mm, tan formidable en las primeras etapas de la guerra, ya no era tan impresionante en 1945 y el arma soviética superó significativamente al KwK 36 en términos de potencia de fuego. Con una precisión comparable, tenía mayor penetración, velocidad inicial y proyectiles HE mucho más potentes. No obstante, era solo ligeramente inferior al arma alemana en términos de cadencia de tiro.
Por otro lado, el Tiger no fue muy estimado en el Ejército Rojo, ya que casi siempre requerían reparaciones y si no, sus fallas, tales como en la transmisión, así como su poca autonomía, hacían que no durase mucho en el campo de batalla.
Por esta razón la normativa del Ejército Rojo era que, si capturan un Tiger, este debía ser usado hasta que se rompa su transmisión u orugas, sin hacer ningún intento de arreglarlo debido a que el diseño era deficiente desde su concepción. Esto entró en contraste con el panzer IV, el cual era muy apreciado por los soviéticos, hasta el punto de hacer manuales para operarlo.
Los soviéticos capturaron numerosos Panzer IV en la guerra, y a menudo los pusieron en servicio en sus propias fuerzas armadas. El tanque fue considerado un vehículo robusto y confiable, y se benefició de su buena movilidad y su capacidad de transportar una variedad de armamento.
Esta no era una idea alejada de loque pensaban los mismos comandantes alemanes, ya que ningún general alemán reputado le agradaba o buscaba tener Tigers o Panther en sus fuerzas. De hecho, contrario al imaginario popular, preferían tanques como el Panzer IV, e incluso hablaban muy bien de los tanques soviéticos.
En el primer caso, Heinrich Ernst Kniepkamp, jefe del Wa Prüf 6, dependencia encargada de la prueba y evaluación de vehículos blindados, armamento y municiones, defendía la idea de desarrollar y mejorara el Panzer IV por encima del Tiger
En el segundo caso, Hasso Von Manteufel, General der Panzertruppe, condecorado con la Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro con Hojas de Roble, Espadas y Diamantes y que comandaba divisiones enteras de estos tanques germanos, consideró que el mejor blindado de la guerra fue el IS-2.
En una entrevista después de la guerra, Manteuffel elogió el tanque Tiger por su capacidad de fuego y su blindaje. Sin embargo, reconoció que el Tiger tenía grandes debilidades, especialmente en términos de movilidad y mantenimiento.
Manteuffel también criticó la estrategia alemana de producir grandes cantidades de tanques pesados como el Tiger, en lugar de centrarse en la producción de tanques más ligeros y móviles.
Según Manteuffel, esta estrategia dejó al ejército alemán con una gran cantidad de tanques pesados y costosos que eran difíciles de mantener y movilizar, y que no eran adecuados para la guerra que caracterizó gran parte de la lucha en el frente oriental.
Autor
Licenciado en Ciencias Sociales, docente de Historia en la educación básica primaria y secundaria, y educación media en Colombia. Editor y redactor en Guerra Total.