Leyendas de Guerra: La Bestia de Finlandia

La creencia de monstruos y seres mitológicos suele estar ligada a niños o fanáticos del tema; siendo no más que solo relatos, cuentos o inventos del folklore popular. Sin embargo, en Finlandia, durante la Guerra de Invierno, una de estas criaturas fantásticas tuvo gran fama al acreditársele, según se dice, la destrucción de toda una división soviética.


Invasión Soviética

Durante la Guerra de Invierno (noviembre de 1939 y marzo de 1940), la Unión Soviética se planteó invadir Finlandia; aprovechando su enorme número de soldados y tanques planearon un ataque masivo sobre las líneas defensivas finlandesas.

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Aunque esperaban un rapido triunfo, los soviéticos se frenaron por la geografía y el clima de Finlandia. Los espesos bosques limitaron el acceso a los tanques; y las carreteras tendían a ser obstaculizadas para evitar el paso de suministros y  refuerzos. A este escenario se sumó la preocupación y desesperación entre los soldados soviéticos, ya que la probabilidad de morir por una bala era tan alta como la de morir por el frío (Glantz 1995).

Fotografía tomada en 1940 a un grupo de soldados fineses frente a un OT-26 (variante lanzallamas del T-26), este tipo de tanques fueron los más efectivos en Finlandia pero era muy fácil sacarlos de servicio. IHODL. Dominio Público.

Ataque por el Norte

Pronto se lanzó una operación soviética para atacar al norte de Finlandia, donde las defensas eran escasas. Para ello, se conformó una división que constaba jóvenes y campesinos, a los cuales se les equipó de tal forma que pudieran avanzar por los helados bosques para tomar Petsamo, un puerto ubicado al extremo norte del país; luego debían avanzar hasta la ciudad de Rovaniemi (Glantz, 1995). Una segunda división fue preparada de igual forma; y su objetivo era el mismo, pero tras Petsamo avanzaría más hacia el sur.

Tomar Petsamo les proporcionaría a los soviéticos una enorme ventaja, ya que era un paso para alcanzar la capital de Finlandia, Helsinki. Pero primero debían cruzar la ciudad de Ivalo. Esta zona, ubicada junto a un lago, se comunicaba con la ciudad objetivo de los soviéticos; debido a su posición geográfica, carece de días soleados, permaneciendo en invierno la mayor parte del año. Dicha condición retaba a las fuerzas soviéticas en su camino a tan preciado objetivo.

Mientras tanto, en el Istmo de Carelia, los soviéticos se vieron envueltos en una situación crítica: el invierno llegó con mayor violencia en esa zona, lográndose registrar una temperatura de -49°C (Raftsjø, 2018). Algunas fuentes exponen que la falta de suministros y materiales para mantener a las tropas llevó a que muchos cometieran actos de locura, como el canibalismo.

Este tipo de situaciones llevó a que los fineses dieran con un coronel soviético, el cual interrogaron a tal punto de describir con detalle el avance del Ejercito Rojo por la zona norte. Empero, los altos mandos soviéticos nunca recibieron ningún tipo de aviso de que un coronel haya caído en manos finesas, por lo que este hecho es dudoso.

Fotografía tomada el 10 de febrero de 1940 en el poblado de Suomussalmi a un par de soldados fineses junto a los cuerpos congelados de dos desafortunados soldados soviéticos. La muerte por congelamiento era mucho más común que la muerte por impactos de bala. IHODL. Dominio Público.

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Aún así, en la parte norte del país, comenzaron a correr rumores de que los soviéticos estaban avanzando. Pero los fineses no podían desplegar un número considerable de tropas para defender el sector, ya que todos estaban centrados en Carelia y sus alrededores (Glantz, 1995). Pero notaron algo entre sus enemigos: eran muy supersticiosos. Aprovechando esto, se les informó a los pobladores que les contarán historias sobre criaturas extrañas.

Esta estrategia de «guerra psicológica» surtió efecto. Los soviéticos no encontraron mucha resistencia conforme avanzaban; pero sí muchas historias de que algo habitaba en los bosques: una criatura de enorme fuerza que no debía ser molestada, y que por lo que más quisieran, no debían adentrarse en su territorio. Según cuenta la leyenda, los soviéticos creyeron en estas historias y muchos estaban de acuerdo que su avance debía ser sobre las carreteras, las cuales estaban fuera del territorio de la criatura. Pero en materia táctica, hacer tal cosa los condenaría a estar expuestos y a merced del enemigo, así que se vieron obligados a seguir dentro del bosque.

Una vez llegaron a Ivalo, con bastante temor, la historia una vez más volvió a resonar. El coronel a cargo de la división tenía planeado acampar en el bosque para descansar por un tiempo, pero varios pueblerinos les mencionaron que eso era una idea suicida. Si hacían eso, no volverían a ver la luz del sol, por lo que se recomendó que acamparan en una zona despejada y expuesta. El coronel creyó que era un plan para que el ejército fines los atacase en plena madrugada, cuando precisamente estaban más desprevenidos. En consecuencia, ordenó que el campamento se montara a mitad del bosque. Esa fue la última vez que se les vio.

Los soviéticos tuvieron que recurrir a otros medios de transporte para poder enviar todo el material requerido al frente. Los animales fueron una solución factible pero temporal, eran los únicos capaces de cruzar entre los espesos bosques fineses pero prolongaban los tiempos de entrega, esto provoco muchos problemas en la logística soviética. Sputnik Images. Dominio Público.

Una Escena Atroz

Un grupo fines recibió el aviso de que los soviéticos se habían asentado cerca a Ivalo durante la madrugada. Por lo tanto, se pusieron en marcha para interceptarlos y tratar de eliminarlos. Llegaron a plena mañana un par de días después, esperando una ardua resistencia, pero el escenario que encontraron era completamente aterrador: el campamento estaba destruido; cuerpos mutilados fueron encontrados en diferentes direcciones, incluso a varios metros de sus tiendas; ropa desgarrada, miembros mutilados y rostros aterrados daban el indicio de que habían sido atacados por algo más.

Se pensó en osos, linces o zorros. Pero un escalofriante hallazgo derrumbó estas teorías: la piel desollada de un soldado fue encontrada colgando de la rama de un árbol. Los soldados fineses no tuvieron explicación alguna para resolver este suceso, por lo que fue un completo misterio. Aún así, se barajaron unas cuantas teorías.


El Monstruo

Los pobladores hablaban de un monstruo aterrador, Surma. Perteneciente a su antiguo folklore, este ser representa la muerte súbita y violenta; posee el título de Guardián del Tuonela, (el inframundo fines); su trabajo es impedir que las almas escapen (Lönnrot, 1835); y su aspecto es el de un perro gigante, cuya cola es una serpiente, (descripción similar a la de Can Cerbero, el perro guardián de tres cabezas -50 en algunas historias- y con una serpiente por cola que custodia el Hades en la mitología griega).

Según las antiguas leyendas, Surma podía ser invocado tras dedicarle un poema, con el objetivo de eliminar a una persona de la forma más brutal posible. Las historias más viejas de este ser mencionan que emergía en lagos y pantanos, con una forma humana muy deplorable; en ocasiones cargando con una bolsa y un hacha de oro, otras con un carruaje y un mazo dorado. En el poema se menciona: “debes llegar con una bolsa vacía y debes irte con una bolsa llena” (Finnish Literature Society, 1992).

Lönnrot (1835) también habla de un espíritu maligno, Piru, que habita los bosques de Finlandia. Pero a diferencia de Surma, este ser se limita a hacer juegos de inteligencia; y en caso de perder ante él, se condena a tortura, más no a muerte.

Fotografía tomada a la piel desollada de un soldado soviético. Los soldados fineses no supieron explicar que pudo haber hecho semejante acto. Creepypasta Wiki. Dominio Público.

Posibles Explicaciones

Desde 1940 se ha tratado de explicar qué fue lo que sucedió en aquel bosque y que fue lo que acabó con la vida de esos soldados. Pero hasta ahora hay estas teorías:

La explicación menos razonable del lado fines relaciona a Surma con la masacre suscitada en los bosques de Ivalo, llegándose a afirmar que fue el responsable de ese aterrador escenario. Otra versión incluye al famoso Yeti, el cual está mucho más arraigado a la cultura rusa. Por lo tanto, por parte de los soviéticos, fue este ser quien acabó con la división en el norte de Finlandia.

Una teoría con la que concuerdan tanto fineses como rusos/soviéticos es que: se debió al ataque de algún animal, que posiblemente trataron de ahuyentar, pero este optó por atacar. El oso es el que mejor encaja, ya que sus zarpadas pueden causar muertes instantáneas. Pero con tantos soldados, el oso hubiese cedido ante tantos disparos de fusiles y ametralladoras. Otra opción son los lobos: atacan en grandes jaurías y pudieron haber causado la muerte de algunos soldados; pero al igual que con el oso: muchos o todos los lobos hubiesen muerto por los disparos. Además no había más que cadáveres humanos, por lo que estas teorías generan muchas dudas.

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Representación artística del Guardián del Tuonela, Surma. Finnish Mythology and Folklore. Dominio Público.

Los soviéticos sugieren la teoría del Mottis, una pequeña división finesa que se trasladaba y atacaba con esquíes. Esto les permitía adentrarse y salir del campo de batalla con suma facilidad. Era empleada en todo tipo de escenario, siendo el boscoso el más ideal, gracias a que los árboles les otorgaban cobertura adicional. Así mientras avanzaban o escapaban el bosque hacía que derribarlos fuese una tarea muy complicada, (Raftsjø, 2018).

Por ello los soviéticos creen que los fineses usaron a los mottis y acabaron con su división, con tal de provocarles miedo desollaron a un soldado, colocaron su piel en un árbol, tomaron una fotografía y la entregaron junto al relato del monstruo a sus generales para que abandonaran Finlandia. Sin embargo, las fuerzas finesas estaban a días de la zona y los que encontraron el escenario no estaban lo suficientemente equipados para vencer a toda una división soviética; además los mismos fineses negaron haber entablado combate en dicho bosque.

La última teoría, con más fuerza, sugiere que fueron los mismos soldados quienes se mataron entre ellos. Recordemos que la situación en Finlandia era crítica: los suministros tardaban mucho en llegar y el frío estaba acabando con muchas vidas. Tan solo en Carelia ya había reportes de canibalismo y ataques entre soldados. Por lo tanto, un escenario así pudo repetirse en Ivalo, pero a una escala mayor.

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Cadaver de un soldado soviético congelado los finlandeses recogían los cadáveres congelados y los plantaban en los caminos para amedrentar al enemigo, como un medio de guerra psicológica.

Los soldados carecían de suministros y tras varios días caminando en los espesos bosques, ya no contaban con el alimento necesario. En consecuencia, se vieron obligados a consumir alguna otra cosa. Esto los llevó a la desesperación y pronto hubo peleas. Se trató de mantener el control. Pero debido al momento los ataques, se liberaron como si de una explosión en un barril de pólvora se tratase y comenzaron a matarse entre ellos. Debido a las heridas por balas y de cuchillos no quedaron sobrevivientes, ya que entre el frío y el desangrado incluso los más afortunados tuvieron que ceder a estos dos factores.

Esto último explica la falta de sobrevivientes. Los lugareños escucharon gritos y disparos a lo lejos, lo que podría confirmar las riñas entre ellos, así como la falta de huellas o rastros de algún tercer ser que se haya involucrado.

Aunque aún no hay una explicación para la piel desollada. Y si bien esta práctica de tortura se ha llevado a cabo desde siglos anteriores, la piel es despojada de su dueño usando instrumentos de corte, como cuchillos finos u obsidiana que permiten separar la piel de los demás tejidos. Pero la piel encontrada en Finlandia carecía de cortes, al contrario, fue arrancada de la víctima con una fuerza brutal.

Pese a que no hay nada oficial, estas teorías no son del todo válidas y ninguna se ha propuesto como la definitiva. Por lo tanto, la masacre del bosque fines sigue siendo un misterio y pasó a formar parte de las leyendas de la Segunda Guerra Mundial.

Fotografía tomada a una división de mottis con mascaras antigás. La tácticas de los mottis era llevar a su oponente a una trampa donde podían emboscarlos, gracias a los esquíes podían movilizarse con gran facilidad por lo que sus ataques eran repentinos y letales. Topwar. Dominio Público.

Referencias

Autor

Divulgador y modelista militar dedicado a la búsqueda, consulta e investigación de las armas de fuego de todo tipo, desde armamento básico hasta el más complejo, siendo su principal enfoque, la historia de la caballería blindada.

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