Leyendas de Guerra: El Caníbal de los Alpes Suizos
En ocasiones, no importa que tan fuerte sea la mente de una persona está siempre puede sucumbir ante el estrés y caer en la locura. La guerra es un excelente detonante para que todo aquel que entre en ella regreso totalmente transformado, especialmente cuando tienes que operar en un lugar remoto y apenas habitable como los Alpes Suizos.
Un ambiente hostil que te deja a tu suerte, una guerra que te pone de rodillas sin importar que tan lejos estés de ella, un ejército enemigo que en cualquier momento se puede abalanzar sobre ti y una mente desconcertada que sucumbe fácilmente son la combinación perfecta para llevar a un hombre hasta sus más bajos instintos y convertirlo en un verdadero monstruo.
Eso fue justamente lo que le paso a un joven soldado británico… o al menos es la respuesta más aceptable a lo acontecido en el invierno de 1943 en un pueblo asentado entre las montañas de Suiza.
Defender Suiza: Gran Bretaña al Rescate
En ambas guerras mundiales Suiza se mantuvo como una nación neutral mientras las demás naciones se vieron orilladas a luchar por uno u otro bando, pero la persistencia política de este país por no entrometerse en el conflicto llevo a que fuese buscado por Alemania y Gran Bretaña para unírseles.
A lo largo del conflicto Suiza funciono como un centro de inteligencia y de comercio para ambas naciones ya que constantemente espías entraban y salían del país en busca de información valiosa que revelara los planes de su contrincante.
Aunado a ello, muchos minerales y recursos eran exportados para mantener aunque sea una mínima estabilidad diplomática con ellos, ya que tan solo Alemania tenía planes de invasión y desde el inicio del conflicto ya contemplaba la anexión de Suiza a su territorio pero fue esta venta de recursos lo que los mantenía al margen pero aun así existía una gran probabilidad de que sucediese un ataque.

Si bien Gran Bretaña no presentaba amenazas tan directas como Alemania, si llego a realizar determinadas acciones que se pueden considerar como una, entre dichas decisiones podemos destacar el bloqueo económico, cierre y toma de vías férreas, toma manufacturera, una guerra económica y todo a raíz del cierre de comunicaciones de 1940 al parlamento británico. Sin mencionar la violación del espacio aéreo y los próximos bombardeos.
Esto último si bien fue considerado como una especie de traición, ya que Suiza se estaba inclinando más a favor de Alemania por la venta de materias primas, eso no impidió que por debajo del tablero del juego de guerra existiera una notoria ayuda y apoyo al gobierno suizo.
Es por ello que cuando la amenaza de una invasión por parte de Alemania y las cada vez más constantes amenazas por parte de estos aumentaron, los británicos no dudaron en enviar pequeños grupos de infantería para apoyarlos.
Pero nadie esperaba que en uno de esos grupos se suscitara un evento caótico y monstruoso.
Reforzando al Reduit
El «Reduit» o Reducto, es una extensa línea defensiva construida en 1880 que cubre la mayor parte de la frontera suiza, se caracteriza por hacer uso exclusivo del terreno montañoso aprovechando los pocos y difíciles pasajes que los Alpes ofrecen.
Debido a su configuración y diseño obliga al invasor a tener que combatir forzosamente en campo abierto, lo cual es algo raro en un país como Suiza donde los Alpes cubren el 62.5% del territorio. Avanzar significa enfrentarse cara a cara con el Reducto y sus extensas defensas, gracias al terreno montañoso los vehículos y algunas piezas de artillería se vuelven inútiles.

Cuando inicio la guerra, Suiza planeaba hacerle frente a los alemanes usando el Reducto para contener la invasión pero después de 1941 cuando la guerra se extendió al Este los planes cambiaron. Usarían la misma estrategia que los soviéticos: la guerra de profundidad.
Al igual que los soviéticos, los suizos les cederían terreno pero los obligarían a combatir en las montañas donde sus líneas logísticas se extenderían a límites inalcanzables y sus tropas se verían mermadas por la falta de suministros y por el clima. Sería una guerra de desgaste de la que no se podrían recuperar los alemanes.
Poco antes del invierno de 1943 los británicos enviaron algunas tropas para reforzar el Reducto bajo la idea de que si los alemanes avanzaban ocuparían esta extensa línea defensiva para contrarrestarlos, pero a su llegada se les informo con el nuevo plan y con tal de no romper el delgado hilo diplomático que unía a ambas naciones tuvieron que aceptar la estrategia suiza.
Retrocedieron hasta los Alpes, ocultándose en un pequeño poblado remoto de apenas unas 500 personas esperando el “inevitable” ataque alemán.
Pasaron los días, algunas semanas, y el invierno finalmente llego. Todos esperaban una temporada tranquila, nieve cayendo lentamente sobre ya gélido terreno de montaña y con vista despejada. Pero sucedió todo lo contrario, el invierno los azoto con violentas ventiscas y nevadas que en poco tiempo cubrieron los caminos y cortaron las comunicaciones.
Lo peor aún estaba por empezar.
El Monstruo de la Montaña
El equipo quedo incomunicado del resto del país y no existía forma segura de viajar a otras zonas, así que en caso de una emergencia local o si los alemanes avanzaban sería imposible informar a alguien fuera del pueblo.
Aunque esas mismas condiciones también resultaron ser ventajosas, en caso de una invasión los alemanes tampoco podrían llegar a ellos así que el pueblo estaba a salvo de cualquier acción bélica.
Asentados junto a la iglesia, el equipo británico levanto un pequeño cuartel con todo lo que pudieron encontrar para resistir las nevadas que se estaban presentando en el lugar.
Paso el tiempo, parecía que tal ataque nunca iba a pasar y los soldados aprovechaban su tiempo yendo al bar local y paseando por el pueblo.
Todo transcurría con suma normalidad hasta que los pobladores empezaron a notar algo extraño; alguien se estaba robando sus pertenencias. Primero fueron lonas, seguido de madera y otros objetos sin valor, aunque la preocupación empezó a aumentar cuando desapareció una alabarda que según se decía era una reliquia familiar, por lo que se pudo haber tratado de un ejemplar proveniente de la guardia suiza.

Debido a que la mayor parte de los pobladores hablaban alemán y casi nadie del equipo lo comprendía, fue algo difícil entablar una conversación con los locales para que explicaran con exactitud que les habían robado y si habían visto algo raro o tenían una posible pista que los llevara al responsable.
Exceptuando la alabarda, todo lo desaparecido eran objetos sin valor y se concluyó que las nevadas pudieron haber sido las responsables de estos crímenes hasta que se suscitó un mayor evento. Mientras estaban tomando en el bar, un hombre alterado entro inesperadamente repitiendo la misma pregunta “¿Adónde… llevaron… a los niños?”.
Los soldados no comprendían muy bien que les estaba tratando de decir, así que se apoyaron del único traductor con el que contaban pero debido a la situación tardaron dos horas en comprender toda la situación.
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Aquel hombre mencionaba que un niño había desaparecido del pueblo a lo que los soldados, lamentando la perdida, respondieron que posiblemente se había perdido en medio de una ventisca mientras jugaba. Su respuesta no hizo más que enfurecer al ya alterado hombre quien dos días antes había perdido también a sus dos hijos.
Exigió que hicieran algo al respecto por tratar de encontrar a los tres infantes ya que antes de recurrir a ellos se había encargado de llevar a cabo una pequeña expedición con sus vecinos, pero sus esfuerzos fueron en vano, los niños no aparecían por más esfuerzos que hacían.
El capitán a cargo del equipo inicio su propia expedición, pidiendo que todos los pobladores regresaran a sus casas y empezaron a patrullar todo el pueblo así como sus alrededores con la esperanza de hallar a los niños.
Al caer la noche, los soldados se percataron que les hacía falta un miembro de su equipo, el raso Reginald había desaparecido.
Los niños fueron un asunto, pero un hombre adulto capacitado para el combate ya es otro. Nadie entendía nada, no comprendían como un soldado pudo haber desaparecido sin que nadie se diera cuenta, entonces empezaron los rumores.
La historia de que una criatura o monstruo habitaba en las montañas empezó a ganar fuerza, que posiblemente la guerra lo habría perturbado de su letargo y empezó a visitar el pueblo en busca de comida.
Evidentemente para los soldados eran puras fantasías, pero no se lograban explicar como otros cuatro niños desaparecieron en el lapso de tres semanas. Su vigilancia se volvió más estricta pero pese a eso los crímenes se seguían suscitando y cada vez era más plausible la historia del monstruo.
Hasta que un día ocurrió lo impensable.
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Era medianoche cuando un par de soldados, en su rutina por vigilar el pueblo, vieron como un extraño ser reposaba frente a una ventana observando con atención el interior, como si estuviese vigilando a su próxima presa.
Lo único que los separaba era una calle, al venir del lado opuesto aquel “Monstruo de la montaña” nunca se percató de su presencia hasta que empezaron a correr y gritar para atraparlo.
Comenzó a escapar, corriendo tan rápido como pudieron atravesaron el pueblo cubierto entre hielo y nieve hasta que se encontraron fuera de este.
Mientras luchaban por hacerse camino entre las espesas capaz de nieve, vieron como aquel ser “salto al suelo”. Había desaparecido, pero cuando se acercaron vieron una cueva perfectamente oculta entre el terreno.
Querían adentrarse pero no sabían con exactitud a que se estaban enfrentando y apenas todos se encontraban en la entrada de la cueva fueron recibidos con disparos. En un movimiento instintivo sujetaron sus armas y devolvieron el fuego al ser hasta que este dejo de responder.
Cuando cesaron los disparos esperaron algunos minutos, que parecieron eternas y largas horas, hasta que decidido, un soldado se adentró en la estrecha cueva solo para salir con una mirada aterrizada y casi sin vida.
Los demás se acercaron y alumbraron la cueva con una linterna, entonces vieron una aterradora escena: Reginald, el soldado que había desaparecido tres semanas atrás, yacía tirado en el suelo sujetando su arma y con un disparo en el corazón.
A su lado, los cadáveres de los siete niños desaparecidos devorados. También encontraron la alabarda con la cual Reginald había desmembrado los pequeños cuerpos para consumirlos después de rebanar sus gargantas con la misma.
Debido a la ubicación de la cueva y con la espesa nieve recubriendo la entrada, nadie la hubiese podido encontrar hasta la llegada de primavera, de no ser porque la patrulla logro encontrar a Reginald “El Monstruo de la Montaña” quien sabe cuántos niños más hubieses desaparecido y que otra clase de crímenes pudo llegar a realizar con tal de seguir consumiendo carne humana.
¿Enfermedad o Desesperación?
No hay certeza de que pudo haber llevado a Reginald a cometer semejantes actos; el secuestrar niños para consumirlos y en un posible caso a adultos.
La patrulla concluyo que se trataba de algún delirio mental, que Reginald sufría de alguna incapacidad que lo llevo a convertirse en un antropófago puesto que si bien los suministros en el pueblo no eran precisamente muchos, si eran los suficientes como para mantenerse bien alimentados una temporada antes de desplazarse a otro punto en la línea Reduit.
En otros frentes, como el Pacífico o el Este de Europa, se tienen reportes de canibalismo pero tienen como base la ausencia de suministros y el trastorno por estrés post-traumático (TEPT) lo que orilla a estos seres a tener que alimentarse de cualquier otra cosa con tal de sobrevivir, incluyendo la carne humana.

Pero este no es el caso, si Reginald cometió estos actos pudo haber sido por cuatro cuestiones:
- Sufría esquizofrenia: Se tienen casos documentos de gente esquizofrénica que llego a cometer canibalismo
- Sufría de Trastorno Esquizoide de la personalidad (TE): Solo tiene un caso documentado donde una persona con TE cometió canibalismo, pero eso no implica que no sea una posibilidad.
- Consumió algún agente tóxico: Esta opción es un poco más reciente ya que se empieza a documentar clínicamente a partir de la aparición de determinadas drogas y/o sustancias, pero tampoco impide que Reginald haya consumido algo exótico en su momento y que lo llevo a cometer canibalismo.
- Ritual o cultural: Si bien es la opción menos viable y menos razonable, los mayores casos documentados de canibalismo se deben a creencias primitivas promovidas ya sea por religiones poco ortodoxas, por tradición o por ser parte del estilo de vida de una localidad.
En este último caso si se pudiera tener mayor información del lugar de procedencia de Reginald, así como de su familia, podríamos reforzar o desmoronar por completo esta hipótesis ya que el canibalismo pudo haber sido parte de su estilo de vida o poseía antiguas creencias de ello.
El largo camino de regreso para un soldado de la Gran Guerra
En cualquier caso, son muchas las posibilidades por la cual llego a ese límite, lo pudo hacer por simple desesperación al mermar su mente cuando empezó a afrontar una situación completamente adversa o por algo más que un simple gusto.
Hoy en día se sabe que cuando una persona es aislada de la población y se le coloca en una zona tan similar como en el pueblo en el que se asentaron, se puede llegar a la locura. Se tienen registros similares en bases antárticas donde el personal puede caer en la completa demencia debido a su aislamiento y falta de interacción con otros medios. Esta no podría ser una excepción.
Pero hasta no saber más acerca de Reginald así como de la misma situación en la que se encontraba, no podremos llegar a conjetura sólida que determine por qué se convirtió en un antropófago, siendo esta historia una más de las tantas leyendas de guerra.
Bibliografía
- Reddit, (2012), A terribly creepy story my grandpa used to tell me about his experience in World War II. Recuperado de: https://www.reddit.com/r/nosleep/comments/rilxf/a_terribly_creepy_story_my_grandpa_used_to_tell/
- Ranker, (2021), The Creepiest Ghost Stories And Legends From WWII. Recuperado de: https://www.ranker.com/list/creepy-ww2-ghost-stories/jenniferlennon
- Military Times, (2021), 6 haunting military ghost stories. Recuperado de: https://www.militarytimes.com/off-duty/2021/05/14/6-haunting-military-ghost-stories/
- García M. C., Cantero F. M., Vallejo M. P. R., (2015), Patología de base en las conductas de canibalismo: a propósito de un caso. Revista Española de Medicina Legal. Recuperado de: https://www.elsevier.es/index.php?p=revista&pRevista=pdf-simple&pii=S0377473214000698&r=446
Autor
Divulgador y modelista militar dedicado a la búsqueda, consulta e investigación de las armas de fuego de todo tipo, desde armamento básico hasta el más complejo, siendo su principal enfoque, la historia de la caballería blindada.