Tras meses de discusiones, acuerdos y “reparaciones”, los tanques occidentales finalmente han llegado a Ucrania en un momento muy particular y es que los campos de batalla se han convertido en extensos mares de lodo gracias a la llegada de la primavera, creando un fenómeno natural ya bien conocido: la Rasputitsa.

Tan antiguo como los propios pueblos eslavos este fenómeno ha sido un enorme reto histórico no solo para Rusia sino para la propia Ucrania y tal como se ha manifestado en los conflictos que involucran a ambas naciones, hoy por hoy sigue significando un desafío por superar para ambos y del cual Occidente parece carecer de todo conocimiento.

Pintura de la Rasputitsa
Pintura sobre oleo de la Rasputitsa, 1966, Savich Arkhipov. Dominio Público.

El «General Barro»

Todos recordamos al famoso General Invierno y las incontables historias y leyendas que se cuentan en torno a este fenómeno natural que azota a Rusia y parte de Europa del Este durante la temporada invernal. Tras de sí llega el “General Barro” quien causa más estragos para cualquiera que el anterior general.

Mejor conocido como la Rasputitsa se trata de un fenómeno natural que se presenta durante la transición del invierno a la primavera.

Como bien se sabe durante el invierno en Rusia –y parte de Europa– el extenso terreno se recubre con capaz y capaz de nieve mientras los cuerpos de agua se congelan creando un suelo firme temporal por el cual tanques y artillería pueden cruzar para dirigirse al frente.

Desde noviembre hasta mediados de abril el invierno se hace presente con bajas temperaturas que en promedio alcanzan los -10°C, aunque los descensos hasta los -40° no son algo precisamente raro o poco común.

Ilustración francesa del General Invierno
Ilustración francesa hecha por el artista Louis Bombled en 1916 donde representa al General Invierno en la campaña oriental. Wikipedia. Dominio Público.

Hacia finales de marzo y a lo largo de la primera mitad de abril llega la primavera en sustitución del invierno, como tal la temperatura empieza a aumentar y con ello comienzan los deshielos. La nieve y el hielo conforme se derriten se van licuando con el suelo dando origen a mares casi interminables de lodazales. A esto último se le conoce como Rasputitsa.

La Rasputitsa o General Barro es precisamente esa corta temporada en que la nieve se licua formando grandes campos de lodo y que dura aproximadamente 4 semanas antes de que finalmente una temperatura promedio de 25° seca por completo el barro volviendo una vez más el suelo firme.

Durante ese tiempo no solo tanques, camiones y autos se ven inmovilizados, sino que los animales y propiamente cualquier ser vivo tiene complicaciones para moverse por estos campos de lodo. Quedar atrapado en esa mezcla de agua y sedimentos no es ninguna sorpresa, la convivencia con este fenómeno natural ha llevado a los rusos a tener que adaptar todo su equipo e incluso estilo de vida a ella, sin embargo, Occidente no ha enfrentado algo de tal magnitud como es la Rasputitsa.


Adaptarse, Sobrevivir y Tratar de Vencer

Como bien se dijo, Rusia y parte de los Estados ex-soviéticos han tenido que adaptar su propio estilo de vida a la Rasputitsa y ello incluye su ejército junto a todo lo que eso conlleva; como los tanques y vehículos.

Al ser un reto histórico los rusos han aprendido a lidiar parcialmente con la Rasputitsa, por ejemplo: cuando se enfocaron a proveer a la URSS de un arma blindada tomaron muy en cuenta este fenómeno.

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Inicialmente desarrollaron tanques ligeros y con desplazamiento mixto para superar los mares de lodo en los que se convertían sus campos. Un claro ejemplo de ello es la familia BT, tanques sumamente ligeros y rápidos que podían desplazarse por esos campos tanto con cómo sin cadena.

Más tarde durante en el desarrollo del T-34 se tuvo en cuenta que este icónico tanque debía cruzar en algún momento un lodazal provocado por la ya mencionada temporada. Para darle una mejor movilidad y esa capacidad de desplazamiento se le diseño con una cadena más ancha que le otorgaba una mejor resistencia al suelo al distribuir aún mejor su masa. El resultado de ello fue un tanque que podía cruzar con más gracia la Rasputitsa, pero eso no impedía que fuese víctima del mismo.

Dos T-34 atascados en el lodo provocado por la Rasputitsa
Un par de tanques T-34/76 Mod 1941 atascados en el lodo. World War Photos I. Dominio Público.

El Eje tuvo que sufrir las consecuencias de haber ignorado semejante fenómeno predominante en la URSS. La Rasputitsa entorpeció enormemente a los alemanes y muchas de sus operaciones se detuvieron o en el mejor de los casos se pausaron hasta que las condiciones mejoraran.

Aprendiendo de la URSS diseñaron vehículos con cadenas tan anchas o incluso más que las del T-34 para facilitarles ese desplazamiento por los mares de lodo eslavos. El Panzer V “Panther” y Panzer VI ausf B “Königstiger” son ejemplo de ello, aunque claro el Panzer III y IV dispusieron de cadenas especiales de temporada para tratar de superar ese reto natural, aunque sin mucho éxito.

Desde entonces los rusos no se han despegado de ese diseño de suspensión, porque son incapaces de olvidar algo tan importante como lo es la Rasputitsa. Más de 80 años han pasado y se siguen esforzando por crear una suspensión que siga facilitando el desplazamiento de sus vehículos por los lodazales y aunque han tenido éxito siguen sin garantizar que no queden atrapados en el barro.

Occidente por su parte ha experimentado muy poco la Rasputitsa, los alemanes la contemplaron pero desde la Guerra Fría han dudado mucho de que un conflicto se extendiera hasta el corazón de Rusia por lo que aun cuando han diseñado cadenas anchas para superar lodazales no están completamente capacitados para afrontar un reto así.

Y qué decir de países como Francia, Inglaterra y Estados Unidos que nunca han sido víctimas de algo como la Rasputitsa. Por supuesto que sus tanques también disponen de cadenas diseñadas para superar algunos tipos de suelo blando, pero siguen siendo víctimas del lodo en tiempos de paz o de conflicto.

M4 Sherman atascado en lodo
En el frente occidental el lodo también fue un reto, pero si lo comparamos con la Rasputitsa, este último es un desafío mayor para los vehículos. Pinterest. Dominio Público.

El General Barro en Ucrania

Los campos de batalla en Ucrania no se despegan demasiado de los vistos en la Gran Guerra Patria cuando se toma en cuenta la Rasputitsa.

Tal como en 1942 tanto rusos como ucranianos han tenido problemas para avanzar o seguir sus operaciones y todo gracias a los deshielos que generan el ya citado fenómeno. Rusia ha registrado como algunos de sus tanques se quedan atascados en el lodo, T-72 que avanzando o al tratar de reposicionarse caen en esta trampa natural quedando temporalmente inmovilizados.

Los ucranianos no se quedan atrás, ellos también han tenido que sufrir las consecuencias de tratar de desplazarse por estos mares de lodo aunque tampoco lo tomemos como algo hecho adrede.

T-72 ruso víctima de la Rasputitsa ucraniana
Un T-72B3M ruso atascado en el lodo en algún lugar de Ucrania. CNBC. Dominio Público.

La guerra como evento en constante cambio tiende a obligar a las fuerzas armadas a tener que desplazarse por zonas donde menos debe y actuar de formas tan contradictorias que el avanzar en plena Rasputitsa no siempre es un error humano, sino que las condiciones los llevan a ello.

Por otro lado, acá debemos destacar algo importante. Como Estados ex-soviéticos disponen de los mismos modelos de tanques como el T-54/55, T-62, T-64 y T-72. Todos diseñados bajo la idea de que la Rasputitsa será algo que si o si tendrán que afrontar en cualquier momento.

Y por poner un ejemplo, el T-72 en su versión más básica con suerte supera las 40 toneladas de peso, bastante ligero si lo comparamos con las casi 70 toneladas del M1 Abrams.

El M1A2 Abrams con su paquete de sistemas SEPv3 se acerca a las 70 toneladas, por defecto su peso es de 62.5 toneladas pero a raíz de la instalación de estos paquetes que lo proveen de sistemas de blindaje, tecnología y demás módulos adicionales, generan que su masa aumente considerablemente.

Sabiendo eso pensemos: Si el T-72 con 40 toneladas es una completa víctima de la Rasputitsa ¿Qué le puede deparar a un M1A2 Abrams en el campo de batalla?

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El Leopard 2A4 por defecto posee una masa de 55.15 toneladas, el 2A6 62 toneladas. El Challenger 2 por su parte es .5 toneladas más pesado que el Leopard 2A6 alemán; 62.5 t.

Si somos más críticos, Rusia está utilizando el T-72B3 y B3M, ambos con un peso que apenas llega a las 45 toneladas. El T-80U apenas llega a las 46 mientras que los T-90 no superan las 46.5 toneladas de peso.

Recordemos, los tanques T están diseñados para afrontar la Rasputitsa y aun así son incapaces de superarla. Los Abrams, Leopard y Challenger si bien contemplan la idea de tener que cruzar por suelo blando y pueden superar algunas zonas con lodo son víctimas de este sin mucha dificultad gracias a su peso. En Ucrania la Rasputitsa no solo será un reto para ellos sino que será su mayor obstáculo que los puede mantener a raya en las operaciones.

Será un enemigo mucho más problemático que los propios T.

A continuación les dejaremos una serie de fotos de los problemas que han tenido los tanques occidentales frente al lodo.


Antes o Después, pero No Durante

Algunos medios así como gobiernos ya han expresado que sus tanques ya han llegado a Ucrania, tal como los Leopard 2A4 de Polonia y los cuales fueron usados para capacitar a algunos tanquistas ucranianos. También se sabe que los Challenger 2 ya han pisado suelo ucraniano.

También se saben algunos detalles de los planes de los altos mandos de Ucrania como que querían lanzar una contraofensiva antes de finalizar el mes de marzo y el cual evidentemente nunca se suscitó, además de la dichosa ofensiva de primavera que igualmente debe estar muy próximo a llevarse a cabo.

Challenger 2 británicos en Ucrania
Foto tomada desde un dron donde se observan los primeros Challenger 2 británicos en suelo ucraniano. Forbes. Dominio Público.

En todo caso, los tanques occidentales llegaron hasta cierto punto en buen momento para ser utilizados pero la Rasputitsa no tiene mucho tiempo de haber iniciado, por lo que los ucranianos se ven obligados a tener que esperar entre 3-4 semanas para poder utilizarlos cuando el suelo es nuevamente firme y es capaz de soportar sus masas.

Ahora que esta la Rasputitsa no sería muy conveniente mandarlos al frente ya que como hemos mencionado, ahora mismo los tanques están teniendo muchos problemas para desplazarse, los rusos lo están teniendo y los ucranianos lo tendrán si deciden asignarlos a un sector en el frente de batalla.

Por lo tanto se ven completamente obligados a esperar a que el lodo se seque para que los caminos vuelvan a ser sólidos y puedan movilizar a estos vehículos, de empezar a desplegarlos es muy probable que caigan en la trampa natural que significan estos lodazales.

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Si hubiesen llegado hasta más tardar inicios de marzo los ucranianos pudieron haber tenido la capacidad de utilizarlos, sin embargo Occidente eligió un mal momento para hacerles llegar sus tanques y es justo cuando la Rasputitsa se asentó en el país.

Para complicar las cosas, Rusia si bien se ha visto afectada por este fenómeno no ha sido una barrera que le impida seguir avanzando puesto que se han registrado sus avances en enclaves tan importantes como lo es Bakhmut y Avdiivka donde, al menos en el primero, se han presenciado sus avances hasta el interior de la ciudad sin presentar demasiados problemas.

T-72 ruso destruido en Ucrania tras haberse quedado atrapado en la Rasputitsa
En las fuerzas blindadas existe una peculiar frase que dice: “Un tanque quieto, es un tanque destruido” en referencia a que se inmoviliza un tanque por cualquier cuestión es inminente que sea destruido. Dominio Público.

Como ya se ha mencionado en otras oportunidades, Rusia está jugando una guerra de desgaste y para Ucrania el tiempo es crucial. El que sus tanques se mantengan tanto tiempo lejos del frente puede comprometer sus operaciones, independientemente de si estas fueron planeadas para ser lanzadas a futuro; véase de 1 o más meses.

Y con la Rasputitsa, si Rusia llega a poner los centros de entrenamiento bajo el fuego de su artillería podría comprometer o de plano destruir a los famosos tanques occidentales antes de que tan si quiera sean asignados a una unidad ya que estos no tendrían muchas rutas por las cuales desplazarse sin atascarse en el lodo.

Así mismo, la falta de caminos confiables complica mucho las cosas. Son muchos los reportes de unidades que fueron arrinconadas y destruidas por el fuego ruso ya que una vez más, la Rasputitsa los obliga a moverse por caminos prefijados que los rusos tienen bajo sus miras por lo que para los ucranianos el ir de un punto a otro se ha vuelto un juego cruel.

Para mover los tanques occidentales a sus puntos de interés deben hacerlo bajo determinadas condiciones como moverlos en plena noche, como han hecho con sus tropas, para que lleguen a su destino con los primeros rayos de sol o de plano arriesgarse y cruzar los campos lodosos a costa de atascarse y atrasar las operaciones hasta que todas las unidades sean recuperadas, si es que antes no son alcanzadas o abandonadas.

Lo más sensato es que los mantengan lejos del frente hasta que el General Barro finalmente abandone el campo de batalla que será hasta mediados de abril aproximadamente. Pero reiteramos, el tiempo es crucial y aunque el lodo ha entorpecido los avances de ambos bandos los rusos por su parte han mantenido su ímpetu y siguen avanzando por sus enclaves de interés; Véase Bakhmut, Avdiivka o Zaporiyia.

Este tiempo puede ser usado para que los ucranianos sigan aprendiendo sobre estos tanques si es que antes los rusos no tocan una nueva fibra sensible en el frente que los obligue a tener que cruzar los mares de lodo para llegar a defender esa zona.

Además no podemos dejar algo de lado y que forma parte de la logística y es que Ucrania necesitará hacer uso de equipos de recuperación especializados para poder sacar los tanques occidentales del lodo en caso de que caigan en las trampas de la Rasputitsa.

Abrams estadounidense siendo recuperado del lodo
Los ucranianos tendrán que disponer de equipos de recuperación para afrontar los riesgos que supone la Rasputitsa para los tanques occidentales, tal como hacen los rusos y los propios occidentales. YouTube. Dominio Público.

Un claro problema es que se tendrán que destinar muchos recursos para mantener este sistema pero fuera del reto logístico que suponen, los ucranianos deben capacitarse en el uso de estas unidades y mantenerlos un tanto cerca de los tanques para evitar que estos caigan en el lodo. Algo que ha hecho Estados Unidos en sus operaciones así como cualquier miembro de la OTAN.

Esto también implica aumentar su exposición y riesgo a los rusos, en otras campañas los M88 podían viajar con los Abrams debido a la enorme superioridad con la que contaban en torno a otras fuerzas como la aérea, pero en un escenario como Ucrania donde tal ventaja no existe estas unidades pueden convertirse en blanco fáciles para la artillería rusa.

Frente a la Rasputitsa los rusos tal vez no tengan que esforzarse demasiado en destruir los tanques occidentales ya que su dependencia a este complejo sistema de armas los lleva a ser seriamente comprometidos si dicho sistema es atacado. En otras palabras, si los rusos destruyen unidades como los M88A2 pueden dejar varados a los tanques y ponerlos a su merced.


Conclusión

Los medios occidentales han forjado una idea muy errónea de sus tanques a tal punto que se han creado una percepción completamente alejada de la realidad como que son capaces incluso de superar la Rasputitsa, aunque este fenómeno natural precisamente se ha hecho destacar por atrapar todo aquello que se adentre en sus mares de lodo.

Por lo que no, los tanques occidentales no serán capaces de superar la Rasputitsa. Si los propios tanques rusos, diseñados para actuar y operar en esta misma, son incapaces de superarla o como mínimo presentar problemas a la hora de cruzarla, no se puede esperar mucho de sus homólogos que son mucho más pesados y cuyos diseños no contemplan un escenario tan complejo como lo es Ucrania en plena Rasputitsa.

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Divulgador y modelista militar dedicado a la búsqueda, consulta e investigación de las armas de fuego de todo tipo, desde armamento básico hasta el más complejo, siendo su principal enfoque, la historia de la caballería blindada.

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