La verdadera VENTAJA de la Wehrmacht en la WWII: Auftragstaktik o Mando Tipo Misión

Generalmente, cuando se habla del modo alemán de hacer la guerra en la Segunda Guerra Mundial, conocido coloquialmente como la Guerra Relámpago o Blitzkrieg, suele exponerse que su mayor ventaja y revolución fue el uso masivo de tanques; sin embargo, esto no es tan así, pues su éxito se debió a la autonomía de mando y a la coordinación.

Es importante iniciar diciendo que los alemanes nunca se refirieron a su sistema doctrinal como Blitzkrieg, más si fue un término acuñado por ejércitos extranjeros para entenderlo. El termino más acertado para definirlo sería la Bewegungskrieg, en alemán guerra de movimiento.

La Bewegungskrieg nació en el seno del militarismo prusiano durante la época del gran elector, en un contexto donde Prusia carecía de los recursos y efectivos suficientes para enfrentar a otros Estados a largo plazo; es decir, no teína la capacidad para largas y prolongadas guerras de desgaste.

Así, Prusia y, más tarde Alemania, elaboró un modo de hacer la guerra que evitase largas campañas, que constó de librar guerras breves y contundentes que acabasen rápidamente en una victoria decisiva en el campo de batalla, a través de la maniobra de grandes unidades con gran precisión y rapidez sobre el enemigo. Ya sea con un asalto sorpresa sobre él, sus flancos desprotegidos, ambos flancos o sobre su retaguardia.

Este sistema doctrinal constó de dos pasos, el primero se denomina Schwerpunkt o punto focal. Allí se concentra el ataque en puntos focales de la línea enemiga para romperla. El segundo se conoce como Kesselschlacht o «batallas de cerco». Lo cual consiste crear enormes y sucesivas batallas de cerco, en la que la masa enemiga queda aislada y rodeada para que finalmente sea reducida.

Desde la época del Gran Elector, hasta la segunda guerra mundial, este sistema tuvo pocos cambios, en los que, básicamente actualizó sus medios tecnológicos; por ejemplo, agregando el uso de radios, vehículos blindados y demás. Por esta razón, al hablar de Blitzkrieg, estamos hablando de la Bewegungskrieg.

Federico Guillermo, el Gran elector. Autor: Govert Flinck (1652)

Habiendo aclarado esto, podemos preguntarnos ¿Cómo fue que la Bewegunskrieg cosechó varios éxitos al inicio de la segunda guerra mundial? Para responder esta pregunta, debemos aclarar un concepto clave de la ciencia militar: los multiplicadores de poder.

Estos son factores que multiplican o elevan el poder de combate de una fuerza militar o sistema de armas, permitiendo establecer una ventaja clara y precisa sobre el contrario. Un factor multiplicador puede variar dependiendo del contexto, por lo que la moral, el uso de fuerzas especiales, la ingeniería de combate, el uso del terreno, etc.

Para mencionar un ejemplo coloquial, imaginemos que hay dos gladiadores romanos en un duelo. Uno de ellos es un guerrero muy grande; el otro es uno muy pequeño. A simple vista, puede decirse que quien lleva las de ganar es el gladiador mucho más grande ¿Cómo podría ganarle aquel más pequeño? ¿Cómo enfrentar a un enemigo a la vista de mayor tamaño? La respuesta es multiplicando su poder.

En el feroz duelo, el gladiador más grande lanza fieros golpes, mientras el más pequeño los esquiva ágilmente mientras lanzar sus propios con una mayor intensidad y velocidad; dándole una ventaja que a final de cuentas le puede dar la victoria El ejemplo es claro, si el gladiador pequeño se hubiese quedado quieto; hubiese perecido mucho más rápidamente, pero, en vez de eso, optó por moverse de lado a lado, aumentando su posibilidad de supervivencia y trayendo consigo una ventaja sobre su enemigo.

Unidades formadas fundamentalmente por carros ligeros Panzer II serían protagonistas de los primeros éxitos de la blitzkrieg preconizada por Fuller

A lo largo de la historia, podemos encontrar variados ejemplos en los que una fuerza militar o sistema de armas utilizó los multiplicadores de poder. Pero, en el caso de la Segunda Guerra Mundial, se puede mencionar cuando la Royal Air Force chochó contra la Luftwaffe en los cielos británicos.

A pesar de que ambas fuerzas disponían de una gran pericia, la RAF, estando en una evidente inferioridad numérica, pudo responder de una forma mucho más efectiva a los ataques alemanes, a causa de un multiplicador de poder particular: el radar. Este elemento le permitió al Comando de Cazas, interceptar con mayor rapidez y con el número exacto de aparatos a los aviones alemanes. 

Habiendo ya dejado claro en que consisten los multiplicadores de poder, y también, teniendo en cuenta que Prusia, en este caso Alemania, no tenía los recursos suficientes para enfrentar a otros Estados, especialmente en una guerra de desgaste, es necesario dejar por sentado que el modo alemán de hacer la guerra, sólo es posible mediante el uso de multiplicadores de poder; los cuales, fueron cuatro, movilidad, punto focal, autonomía, coordinación.   

Pero hay que hacer una salvedad, el modo alemán de hacer la guerra no sólo está constituido por su sistema doctrinal, la Bewegungskrieg, sino también por su sistema de tácticas, la Auftragstaktik, en alemán: Táctica misión-tipo. Ambos, en conjunto y coloquialmente hablando, conforman el “efecto Blitzkrieg”, una guerra de gran intensidad y rapidez que reducía el tiempo de reacción del enemigo.

Antes de explicar propiamente como funciona la Auftragstaktik, primero empecemos hablando de los primeros multiplicadores de poder, para que así sea más clara la gran incidencia de la Táctica misión-tipo y como fue esta, la que le dio una autentica ventaja a la Wehrmacht en muchos escenarios.

El primer multiplicador se da directamente gracias a la Bewegungskrieg o guerra de movimientos. El movimiento como factor multiplicar permitió a las fuerzas móviles de la Wehrmacht sostener un ritmo muy intenso que reducía el tiempo de reacción de sus enemigos, acostumbrados a una forma más pausada de hacer la guerra. No olvidemos el ejemplo del Gladiador, la movilidad aumentaba la posibilidad de supervivencia, en este caso de los más ligeros carros alemanes.

Claramente, este no era un aporte alemán al arte de la guerra o, por lo menos, no data de la época de la 2GM, sino, venia de mucho más atrás. Por ejemplo, con el avance de Federico Guillermo de Brandemburgo, con sus trineos para perseguir a los suecos, por allá en el siglo 17.

Los Niveles de la Guerra

El segundo multiplicador, la concentración de fuerzas o punto focal, constó de llevar a cabo un mayor esfuerzo en puntos focales de la línea enemiga para romperla. Es decir, se concentraba una fuerza mayor en un determinado punto, para que allí se ejerciera una fuerza abrumadora que crease una disparidad entre los dos combatientes.

Aquí va un ejemplo muy coloquial, imaginemos que, en un determinado frente de 100 metros, hay dos combatientes, azul-defensor y rojo-atacante, cada uno con 100 tanques. Mientras el azul dispone sus fuerzas a lo largo del frente, ubicando un tanque por metro; el rojo decide concentrar la mayoría de sus tanques en un determinado punto; digamos, 60 tanques en un sector de 20 metros. 

En este espacio, los azules disponen de 20 tanques, a los cuales les es más difícil defender su sector. Dado que el defensor ha sacrificado su movilidad, el atacante puede elegir dónde y cuándo atacar, ya sea penetrando en la línea o girando un flanco y así poder destruir al enemigo en detalle.

No obstante, el concentrar una fuerza para romper una línea es algo natural de la guerra; un ejemplo se da en relación con las Regiones Fortificadas soviéticas, unidades con una alta potencia de fuego y un reducido número de efectivos que permitían guardar sectores tranquilos del frente, de modo que se pudieran detraer los efectivos necesarios para cubrir las filas de las formaciones encargadas de realizar las grandes rupturas.

El hacer uso de carros para hacerlo, tampoco era una novedad para la época, pues estaba siendo tratado por personajes como Charles de Gaulle y Mijaíl Tujachevski. También, ya había sido empleado; por ejemplo, muchos siglos atrás, como cuando los Hititas luchaban, hace más de treinta siglos contra los egipcios, como en la batalla de Qadesh.

Habiendo dicho esto, son los dos siguientes multiplicadores, la autonomía de mando y la coordinación, la verdadera piedra angular del modo alemán de hacer la guerra en la segunda guerra mundial. El primero, la autonomía de mando, precisamente hace referencia a la Auftragstaktik.

La Auftragstaktik, al igual que la Bewegungskrieg, nació en el seno del militarismo prusiano y la guerra, en las derrotas de Prusia contra Francia y Napoleón en 1806. Durante las batallas de Jena y Auerstadt el ejército prusiano se vio derrotado por los franceses y, pese a que el ejército francés estuvo mal coordinado, el estricto Ejército prusiano luchó aún peor.

Soldados alemanes planificando (Segunda Guerra Mundial)

El impacto del acontecimiento impulsó la transformación del Ejército prusiano y fue Gerhard von Scharnhorst, Jefe de Estado Mayor General prusiano, quien encabezó la reforma. Él consideró que la mejor manera de preparar a los ejércitos era capacitar, de manera integral, a los líderes de menor antigüedad y permitirles tomar decisiones independientes, sin considerar a los mandos superiores en momentos de ejecución rápida.

El Auftragstaktik o Táctica misión-tipo o mando tipo misión era un método de mando rápido y flexible, en el cual, en lugar de recibir una orden explícita, un comandante era informado de la intención de su superior y el papel que tendría su unidad, esto es, una directiva; el resto quedaba a opción del comandante según la situación. Así, se dotó de mayor libertad a los mandos.

Para que funcionase, el superior debía dar a los comandantes bajo su mando, una descripción detallada de: el objetivo de la misión, las fuerzas a emplear para el logro de los objetivos y el periodo de tiempo necesario para cumplirlo. Los comandantes desde una postura agresiva debían tomar decisiones por su propia cuenta, implementando la secuencia de órdenes más apropiada para conseguir los objetivos, aceptando un riesgo prudente ante las oportunidades que se presentasen en el campo de batalla.

De esta forma, pese a que era preciso informar a sus superiores la decisión que se estaba tomando, sea atacar, capturar, avanzar hacia un objetivo, esto para los respectivos preparativos logísticos, no era necesario pasar por un proceso rígido paso a paso, esperando la confirmación de los niveles superiores para proceder.

Claramente, dependía de muchos otros principios, como la confianza, entendimiento compartido, una intención clara, asumir roles, aceptas riesgos y, aún más importante, tener en conocimiento que cada situación de la guerra es única y, por lo tanto, las acciones de deben amoldar a la marcha para aprovechar las oportunidades que se presenten, mientras reparte y extiende, junto con las órdenes, la información sobre su propia situación.

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Esto exige que los oficiales subalternos y suboficiales tengan la habilidad y la confianza en sí mismos, para tratar la directiva de susuperior en consecuencia. Un sublíder cuyo primer temor es ser sermoneado por su superior porque hizo esto o aquello, no puede decidirse a hacer nada más con las órdenes que ejecutarlas al pie de la letra, no es capaz de llevar a cabo la Auftragstaktik.

Como ejemplo, imaginemos lo siguiente, en ciudad pequeña, se ordena al comandante el objetivo de cruzar de extremo a extremo una calle principal, mientras limpia de tropas enemigas el sector para permitir el paso de provisiones antes de la media noche. Esto con blindados y soldados a pie.

El comandante sabe que debe cruzar la calle principal. ¿La forma? Cómo él quiera y determiné según las necesidades de la batalla. Lo importante es que cumpla su misión antes de la media noche, ya sea si limpia por cuadras, cruces o casas; si usa blindados en las esquinas, de frente o retaguardia; si pone a los soldados a pie de exploradores.

¿Pero como todo esto constituye un multiplicador de poder? Por varias cosas, la autonomía dada a todos los niveles ayudaba a que las decisiones importantes fueran ejecutadas rápidamente, lo que, además reducida la carga personal en todos los niveles. De esta forma, todos los niveles aprovechaban al instante las oportunidades que se daban en el momento sin perder tiempo y por lo tal, tomaban las decisiones más rápido que su enemigo. 

Aquí, ya es necesario pasar al último multiplicador, que va muy de la mano al mando tipo misión. Para que todo fuese posible, era necesario un factor primordial: la coordinación. Como bien dijimos, la carga personal de todos los niveles constó de repartir y extender junto con las órdenes la información sobre su propia situación. Este conjunto de información era transferido gracias a la radio, que no era un invento nuevo, pero que los alemanes supieron usar con gran pericia al dotar a sus tropas de la capacidad de comunicarse en tiempo real.

Con cada vehículo en el espacio de batalla, actuando como un ojo y un oído, gracias a la radio, el volumen de información en tiempo real que recibía el comandante alemán era formidable e inigualable. Además, gracias al mando tipo misión, la autonomía de sus subalternos, permitió al comandante superior, centrarse tan solo en las decisiones de su nivel.

Por lo tal, el comandante alemán recibía mucha más y mejor información para la toma de decisiones, mientras que tenía que tomar mucho menos decisiones que el comandante enemigo, quien recibía la información del frente de forma mucho más lenta.

La Bewegungskrieg: el modo alemán de hacer la guerra.

A partir de la radio, se elaboró una red coordinada que amplificaba la percepción y la concepción situacional del comandante alemán en todos los niveles, su capacidad de tomar decisiones y aplicarlas mucho antes que el comandante enemigo; quien, evidentemente tardaría mucho más tiempo en comunicar las órdenes y aprovechar momentos claves en la batalla.

En conjunto, la autonomía de mando y la coordinación permitieron a los alemanes llevar a cabo una guerra de gran intensidad y rapidez que reducía el tiempo de reacción del enemigo. Esto iba en contraposición a la Batalla Metódica francesa, que constó de una planificación metódica previa de todas las unidades, con un mando centralizado, conservando la decisión en niveles superiores del mando y rígidamente llevada a término paso a paso.

Pese a que el modo alemán de hacer la guerra tuvo varias limitaciones en la guerra, especialmente al enfrentar a Estados de un mayor alcance, con más recursos y demás, puede decirse que hechos como el mando tipo misión representaron un factor muy favorable y revolucionario, el cual representó la autentica ventaja de la Wehrmacht en la segunda guerra mundial.


Referencias

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