La expedición alemana al Tibet de 1938

Durante la primera mitad del siglo XX, diversas expediciones científicas se realizaron a lo largo del mundo, con el objetivo de comprobar teorías raciales que eran muy populares en los círculos académicos de la época. Sin embargo, una de estas adquirió mayor interés y misterio, debido a que fue llevada a cabo por miembros alemanes durante el periodo del Nacional Socialismo y en días previos al inicio de la Segunda Guerra Mundial. Esta fue la expedición al Tíbet de 1938, cuyo carácter fantástico es una invención que encubre el verdadero propósito de un estudio multidisciplinario de la región del Sikkim y el Tíbet.

Ante esto, en los siguientes párrafos presentaremos un breve resumen de las teorías intelectuales y pseudocientíficas durante los años previos a la expedición; y el itinerario del viaje, desde su inicio en Alemania hasta su culminación en la India. Además, presentaremos algunas de las muestras conseguidas durante la investigación; conoceremos los instrumentos y los métodos de trabajos empleados para comprobar la teoría racial “aria” de una manera científica para la época y la vida natural y cultural del enigmático del Sikkim y el Tíbet.

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Antecedentes teóricos

En el siglo XX, el estudio de las tribus antiguas estaba en su máximo desarrollo investigativo; concentraba el campo de la filología, la arqueología, la antropología, la historia del arte, los mitos antiguos, los saberes de las distintas tribus y las profundas teorías de los orígenes de estos (Trigger, 1992). Este último ya tenía un amplio campo especulativo desde que se puso de moda las teorías de la civilización y la barbarie, es decir, de lo bello-desarrollado y lo primitivo-rústico del siglo XIX (Trigger, 1992). Es así que, para el siglo XX, Alemania presentaba una historiografía del mundo clásico, de las tribus primitivas y de la variedad de su arte en un campo científico de la época asociado a la comparación de los pueblos desarrollados y primitivos 1.

Pero también a inicios del siglo XX, Alemania se veía envuelta de teorías místicas 2 acerca del origen de la tribu germánica, cuyas bases primigenias surgieron de dos ideales, la teosofía y la arisofía. La primera, teorizada por la rusa Helena Petrovna Blavastsky 3 y un antiguo coronel de la guerra estadounidense, Henry Steale Olcott, tenían como una de sus principales ideas la existencia de civilizaciones y continentes perdidos, como la Atlántida, con razas evolucionadas cuya desaparición se debió a catástrofes cósmicas y con sobrevivientes que se encontraban en algún lugar de Asia. La segunda, enfocaba en la superioridad de la raza aria, asociado al resurgimiento de las costumbres e ideales de la tribu germánica que tenía como base la importancia del campesino tradicional frente al desarrollo evolutivo de una sociedad mecanizada (Compte, 2001).

Imagen 1: El libro “los elementos raciales de la historia europea” del teórico racial Hans Friedrich Karl Gunther, 1929. La teoría de Gunther influenciaría en uno de los miembros de la expedición, al antropólogo Bruno Beger. (Amazon.es, (22 de mayo del 2019). RasenKunde Europas)

Es así que, con la llegada al poder del Nacional Socialismo en 1933, se creó un instituto de investigación humanístico, la “Ahnenerbe”, fundado en el año de 1935 por Heinrich Himmler 4, Hermann Wirth 5 y Waler Dorré 6. Los objetivos de este instituto puede comprenderse en una declaración realizada por el presidente de la corte de los jueces de Nuremberg durante la lectura al acusado Wolfram Siervers 7 en 1946:

fue un subordinado directo de Heinrich Himmler en su calidad de presidente de la llamada sociedad Ahnenerbe. El nombre de esta sociedad significa literalmente “herencia ancestral”, y originalmente se dedicó a investigaciones científicas y pseudocientíficas sobre la historia antropológica y cultural de la raza alemana…la tarea del grupo de investigación de instrucción “Ahnenerbe” es la investigación del espacio, el espíritu, los logros y el patrimonio de los pueblos indogermanos de raza nórdica, la verificación de los resultados de su investigación y su transmisión a la gente.

(Proyecto de Ensayos  de Nuremberg, 2020)

Durante todo el desarrollo investigativo del instituto, este agrupó a diversos hombres de ciencia de las ramas arqueológica, antropológica, filológica, botánicos, físicos, etc. para llevar a cabo tareas que verificaran las teorías raciales y el origen del pueblo germano 8. En gran medida, estas ramas científicas se encontraban influenciadas por las teorías místicas de la arisofía y la teosofía, hasta el punto de convertir el método científico en una pseudociencia de resultados incomprobables; y con todo este embrollo teórico, el instituto llegó a realizar contadas expediciones alrededor del mundo, como a Brasil, Bolivia, Argentina y otros (Hale, 2006).


Preparativos para la expedición

La expedición alemana al Tibet, durante y después de su desarrollo, ha generado diversas teorías, como las intrigas conspirativas y místicas ,debido al enigmático contexto histórico del preludio a la Segunda Guerra Mundial 9. Sin embargo, mediante documentos y cartas que han salido a la luz en los últimos años, la nube cegadora del misticismo se está esclareciendo para dar forma a una expedición científica y multidisciplinaria, pese a las rudimentarias teorías raciales, que permitió acopiar información de uno de los pueblos más enigmáticos de Asia. 

Los preparativos de la expedición tuvo como punto de origen una reunión realizada por Heinrich Himmler y el investigador alemán Ernst Schafer, quien por aquellos años era popular entre los círculos científicos de Alemania debido a sus libros publicados 10; motivo por el cual, Himmler le propuso la realización de una expedición para realzar la seriedad de la Ahnenerbe (Hale, 2006). Sin embargo, desde un primer momento, la mayoría de las ideas científicas de Schafer y las místicas de Himmler se encontraron en una contradicción que duraría hasta el término de la expedición 11. Como será frecuente, estas contradicciones se evidenciaran en las cartas escritas por Himmler a Schafer: “Confío en que ahora se comportará según le ordene, que llevará a cabo la tarea que le he encomendado, y que lo que no es menos importante, la culminará con éxito: con la ingobernable voluntad que le caracteriza 12(Hale, 2006, p.64).

El zoólogo alemán Ernst Schafer, líder de la expedición al Tíbet, posa para la cámara. (Ulsstein bild via Getty Images, (s/f). Zoologist Ernst Schäfer who enjoyed duck hunting, led the expedition to Tibet in the 1930s).

Pese a esto, los preparativos continuaban y Schafer tenía en mente que los objetivos de la expedición se basaran en un trabajo multidisciplinario. Él escribiría: “un estudio biológico general de las tierras altas tibetanas, una síntesis de las ciencias naturales con las humanidades relacionadas, una exploración de la tierra, plantas, animales y humanos” (Isrun, 2007, sección de historia, párr. 4). Debido a esto, el grupo elegido para la expedición (Hale, 2006)  estaba conformado por:

  • Ernst Schafer: Zoólogo alemán, encargado en el registro de las características geográficas y la recolección de aves y mamíferos. 
  • Dr. Karl Wienert: geofísico alemán, encargado en la agrimensura, el estudio de las variaciones geomagnéticas y el reconocimiento de los fenómenos meteorológicos.
  • Dr. Bruno Beger: Antropólogo alemán, afiliado a la Ahnenerbe, encargado en el reconocimiento de las formas corporales y craneana de la población en base a las teorías de las razas humanas.
  • Ernst Krause: botánico alemán, encargado en la recolección de los animales pequeños y especies de flora, en el estudio de las cuestiones entomológicas, en el manejo de la cámara fotográfica y en la dirección de las filmaciones.
  • Edmund Geer: Encargado en la dirección técnica y logística que facilitara las provisiones y movilidad de la expedición.
Los miembros de la expedición; De izquierda a derecha: (de pie) el ayudante Rabden Khazi, el ayudante Kaiser, el zoólogo Ernst Schafer; Abajo: el botánico Ernst Krause, el director técnico Edmund Geer, el geofísico Karl Wienert y el antropólogo Bruno Beger. (Bundesarchiv, (1938-1939). Tibetexpedition)

Sin embargo, todo la base científica elaborada por Ernst Schafer no se adecuaba a los objetivos y al presupuesto del instituto Ahnenerbe 13. En un par de cartas redactadas por el entonces director administrativo del instituto, Wolfram Siervers, declaraba:Un viaje de investigación que no sirve a las intenciones culturales y científicas del Reichsfuhrer-SS, no puede ser emprendido por el Ahnenerbe porque estaría fuera de su área de responsabilidad…, y más tarde escribiría: “La expedición del SS-oberturmfuhrer Schafer no fue llevada a cabo por el Ahnenerbe a pedido del Reichsfuhrer-SS (Isrun, 2007, sección de historia, párr. 5-6). Pese a que el instituto se negó a la colaboración del presupuesto monetario, la oficina de la SS los ayudó con materiales de trabajo para el viaje.

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La adquisición del presupuesto estuvo a manos de Schafer, quien contactó a empresas particulares y amigos de su círculo académico. Uno de estos fue el Consejo de Publicidad, que le otorgo aproximadamente el 80 % del presupuesto; otro apoyo vino de la Fundación alemana de investigación y los restantes fueron de las grandes empresas alemanas y personas particulares. (Hale, 2006). De Himmler se obtuvo la tan preciada obtención de la moneda extranjera, pasaportes y permisos de Londres para su permanencia en la India británica, punto de partida de la expedición. No obstante, la ayuda de este último estuvo vinculada a dos condiciones: el primero, la expedición cambiaría el nombre de “Expedición de Schafer 1938/39” a “Expedición alemana al Tibet/Dr. Ernst Schafer enviado por el Ahnenerbe en base al Reichfuhrer SS” 14, y el segundo, todos los miembros se convertirían en miembros de la SS” (Isrun, 2007, sección de historia, párr.9).

Con todos los fondos e instrumentos de trabajo recaudados, la expedición necesitaba una cosa más, el permiso oficial de libre tránsito en la India británica. Es así que ya cuando la expedición se encontraba en la India, Heinrich Himmler envió una carta a su amigo personal, el almirante inglés, Sir Barry Domville,  para que este le entregue al primer ministro y se lo comunicara a la India Office y al virrey de la India, Lord Linlithgow (Isrun, 2007). Como consecuencia, la administración británica concedió el libre tránsito a una región muy sensible de su mandato, el Sikkim. La carta decía:

 usted sabe muy bien que mi actitud hacia todo ingles de visita en Alemania ha sido siempre, hasta el día de hoy, de una cordialidad enorme. Por esta razón, todavía me sorprende más que los ingleses hayan tratado a uno de mis hombres de un modo descortés, ofensivo y hostil. Me resulta imaginar que las autoridades sean tan estúpidas como para ver en el científico Dr. Schafer, al que yo mismo he enviado en misión oficial, a un espía…comprenderá que este trato me ofende a nivel personal y me obliga a pensar que, más allá de una amistad personal como la nuestra, no existe ningún motivo para que en Alemania tratemos a los súbditos británicos de un modo cordial, dado que la otra parte no corresponde a nuestra deferencia

(Hale, 2006).

Itinerario de la expedición

La expedición tuvo inicio el 18 de abril de 1938, partiendo de Alemania a bordo del ferrocarril “Schnelldampfer” hacia el puerto de la ciudad de Génova, al norte de Italia, donde se embarcaron en la embarcación “Gneisenau” que los condujo a través del canal de Suez, el océano Índico y hasta el puerto de Colombo, en la India, donde desde aquí se dirigieron hasta Calcuta, capital de la India británica (Hale, 2006).

Los miembros de la expedición en Calcuta, India. De izquierda a derecha: Karl Wienert, Ernst Schafer, Bruno Beger, Ernst Krause y Edmund Geer (Bundesarchiv, (1938). Tibetexpedition, expeditionsteilnehmer.).

En la capital, Schafer tuvo audiencias con el secretario de asuntos exteriores, Sir Aubrey Metcalfe y el virrey indio, para el libre tránsito en el país (Isrun, 2007). Ya schafer había comunicado su intención en una carta, él explicaba:

serían tan amables de escribir a Lord Aston para comunicarle que solo estoy interesado en los pueblos salvajes de Assam (…) quizá el survey of India tendría la gentileza de asignarnos un agrimensor para que nos sirva de intérprete, imagino que para el gobierno indio, un estudio cartográfico de esta tierra casi desconocida resultaría muy útil…existen en valles aislados muchos pueblos extremadamente primitivos que se mantienen como fragmentos raciales…en el territorio fronterizo entre Szetschuan y el Tíbet existen no menos de 18 tribus distintas…estas tribus muestran una fuerte influencia del asiático-occidente

(Hale, 2006, p.187).

Con este falseado objetivo de Schafer 15 y la carta de insistencia de Heinrich Himmler, se determinó dar a la expedición el ansiado permiso de permanencia con una duración de seis meses para su visita a la región del Sikkim.

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El viaje a la a región de Sikkim comenzó el 21 de junio de 1938 16 (Hernandez, 2019). Esta área pertenecía a la administración británica de la India, donde su cercanía con la frontera del Tíbet le hizo un valorable paso para la entrada a la ciudad Sagrada, Lhasa, capital del Tíbet. Schafer describe esta región como:

 una suma vertical de todo el Lebensraum, la zona de selva tropical, la zona subtropical con sus incontables especies de orquídeas, las zonas templadas pobladas de pálidos abedules, oscuros abetos que tanto recuerda a nuestra patria, los vastos bosques de rododendros en el límite de la vegetación arbórea, los prados alpinos, el desolado reino de las piedras y, por fin, las nieves eternas

(Hale, 2006, p.217).

En esta zona se daría las primeras cacerías de animales, recolección de plantas y semillas, las mediciones antropométricas, las obtención de satos geomagnéticos y topográficos (Anónimo, 2019).

Pese a la obtención del permiso de residencia en Sikkim, a la expedición se le limitó ciertos aspectos investigativos, y es en esta situación que se presentaron muchos funcionarios de la corona británica, siendo el más sobresaliente Hugh Edward Richardson, diplomático de la frontera nororiental de la India y jefe de la legación británica de Lhasa, quien prohibió a le expedición realizar mediciones antropométricas a la población, trasladarse a la frontera con el Tibet y les conllevó a comportarse como turistas (Hale, 2006). Sin embargo, sus requerimientos no se cumplieron y la expedición continuó con sus objetivos. Schafer, en Geheimnis Tibet, su película estrenada en 1943 para mostrar los resultados de su viaje, comunicaría:

Hubo un intento de obligar a la expedición de volver, haciendo uso de las intrigas políticas y una enorme avalancha de desinformación, eso era porque los gobernantes británicos de la India eran celosos y estaban decididos a no permitir cualquier relación entre el Tibet y otras grandes potencias

(Schafer, 1943).
Hugh Edward Richardson montado en un caballo; Este funcionario sería el principal responsable de los obstáculos que le pondría a la expedición debido a su desconfianza. (Stauton, H. (1940-1941). Hugh Richardson mounted on a horse. Dominio Público.)

En todo el trayecto de la exploración, Schafer buscaba la manera de entrar al Tíbet con un permiso especial de la ciudad de Lhasa, hasta que un día,  en el campamento base que se encontraba muy cerca de la frontera con el Tíbet, se presentó un ministro del líder del pueblo tibetano de Tering. (Hale, 2006). Schafer aprovechó esta visita para escribir una carta al líder de este ministro, pidiendo permiso para visitarlo, recibiendo días después una respuesta afirmativa. El misterio de esta primera reunión con el líder del pueblo de Tering radicaba en que Schafer tenía planeado que este pudiera entregar una petición al mismo Kashag, el consejo ministerial tibetano, y de esta manera, obtener el ansiado pase a Lhasa (Isrun, 2009). En esta primera entrada al Tíbet, se acordó que solo Schafer 17 y Krause irían, el primero para hablar con el Rey y el último, para que filmara los primeros pueblos tibetanos.

La respuesta del Kashag fue recibida días después de que Schafer y Krause regresaran al campamento. El consejo ministerial había aceptado la visita de la expedición y les dieron permiso para viajar a la ciudad sagrada de Lhasa, capital del Tíbet. La carta de invitación expresaba:

Al alemán Herr Dr. Schafer (Doctor Saheb Sha-phar) Maestro de las Cien Ciencias.

Le agradecemos de corazón su carta del 12° día del 9° mes inglés, junto con dos cajas que contenían un gramófono, discos y dos anteojos prismáticos cada una.

Con relación a su solicitud de viajar a Lhasa para visitar los sagrados monasterios junto con los otros alemanes que le acompañan. Hr. Wienert, Hr. Geer, Hr. Krause y Hr. Beger (en total, no más de cinco personas), le informamos de que, por lo común, la entrada al Tíbet está permanentemente prohibida a los extranjeros. Aunque sabemos que si le permitimos que entre en la ciudad puede que otros también vengan en un futuro, de su carta se desprende que solo quiere ofrecernos su amistad y conocer esta tierra sagrada y sus instituciones religiosas.

Sabedores de ellos, le damos permiso para que entren en Lhasa y permanezca allí 14 días, pero solo con la condición de que prometa que no hará daño a ningún tibetano y de que se obligué a no matar a ningún pájaro o mamífero, pues esto ofendería el sentimiento religioso del pueblo tibetano, tanto el clero como de los laicos. Le rogamos que considere muy seriamente nuestras palabras.

Enviado por Kashag, el consejo de Ministros tibetanos, en el auspicioso 3° días del 10° mes del Año del Tigre de Fuego.

(Hale, 2006, p.258)

El 19 de enero de 1939, la expedición entraba a Lhasa, bajo un inesperado y seco recibimiento (Hale, 2006). No obstante, Schafer menciona:

Cercada por alamedas y jardines, Lhasa se encuentra en los humedales fértiles del Kyichu. 25.000 a 30.000 monjes y habitantes viven aquí…Por ser los primeros alemanes, nos recibieron los cuatro dignatarios más altos del país, convocamos todo nuestro conocimiento de cortesía y etiqueta asiática

(Schafer, 1943).

 Beger escribiría: “En Lhasa fuimos recibidos de una manera muy amigable y nos pusimos en contacto cercano con funcionarios del gobierno y otras personas influyentes del país(Beger, s/f). Después del recibimiento, la expedición fue alojada en la zona de Tredilinka 18, que se convertiría en su base de operaciones.

Vista panorámica de la ciudad de Lhasa. (Bundesarchiv, (1938-1939). Blick auf die Stadt vom Berg im Suden.)

Ya en Lhasa, Schafer trató de conseguir otro pase de permanencia que durara más días. Esto con el objetivo de permitirle grabar y fotografiar la principal festividad de la capital sagrada, el recibimiento del año nuevo tibetano. En esta situación, la expedición recibió la ayuda de Khenrab Kunsang Mondrong, un funcionario que se encargaba de la vigilancia, quien influyó en los funcionarios y obtuvo para Schafer una permanencia hasta el 8 de marzo (Hale, 2006). Con esta extensión de días, la expedición logró grabar la Gran Oración del Monlam, el recibimiento del año nuevo, las competencias en las afueras de la ciudad sagrada y los desfiles de los guerreros y dignatarios.

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Además, durante la permanencia en la ciudad, la expedición tuvo numerosos encuentros con Reting Rimpoché, regente momentáneo de la ciudad de Lhasa (Isrun, 2007). Durante estos encuentros, la motivación científica se ponía en pausa y las conversaciones con el regente se basaban en cuestiones políticas que despertaban las sospechas de algunos funcionarios británicos (Hale, 2006). En una de las reuniones, el regente escribió, por insistencia de Schafer, una carta para Adolfo Hitler (Hale, 2006, pp.355-356), este decía:

A su Majestad el Fuhrer Adolph Hitler, Berlín, Alemania.

De: El Regente del Tíbet

El día 18° del primer mes del año de la Liebre de Arena.

Majestad:

Confío en que su alteza disfrute de la mejor salud y de éxitos en sus importantes asuntos. Aquí yo estoy bien, haciendo lo que puedo por nuestros asuntos religiosos y de gobierno. Tengo el placer de hacer saber a Su Majestad que el Dr. Schafer y su grupo, que son los primeros alemanes que visitan el Tíbet, han recibido permiso sin objeción alguna y se les ha prestado toda la ayuda que necesitaban a su llegada. Además, estoy deseoso de hacer todo lo que contribuya a mejorar el amistoso lazo de relación entre las dos naciones, y confío en que su Majestad también lo considere fundamental como antes.

Por favor cuide de su salud, y hágame saber si Su Majestad desea algo. En un paquete aparte envío un cubreplato y un pequeño plato de plata tibetana con una taza de té roja decorada, y un perro nativo (un apso) como pequeño recuerdo.

Atentamente lo saluda

Reting Ho-Thok-Thu.19

Reting Rimponché, regente de la ciudad de Lhasa. Las reuniones de Rimponché con los miembros de la expedición ayudaron a crear una fantasiosa idea de un apego al Nacional Socialismo por parte del gobierno tibetano. (Bundesarchiv, (1938-1939). Reting Rinpoche auf Thron.)

Terminada la permanencia de las dos semanas, las cuestiones políticas internacionales de Alemania provocaron que la expedición apresurara su regreso 20. El antropólogo Beger escribió:

una de las cartas para Schafer era de su padre (…) su contenido afectó tanto que desapareció durante una hora. Luego supimos lo que había escrito Schafer (padre), insinuó con vigor que sería bueno que volviéramos a Génova a mediados de agosto…de pronto nos dimos cuenta: la carta y las transmisiones tenían el mismo mensaje. Mi esposa también había estado mandándome que aquello (guerra) empezaría después de la cosecha.

(Hale, 2006, p.375).  

Además, a esto se le agregaba la presión británica que ya desde hace tiempo se hacía notar. En una carta, el virrey de la India expresaba:

Quizá no sea lo último que sepamos (de Schafer) (…) su falta de tacto…sus métodos a la hora de tratar con sus criados y su ardiente nazismo no lo convierten en el tipo de persona cuya presencia en esta parte del mundo haya que alentar…Además, nunca se ha preocupado de respetar los prejuicios locales en relación a quitar la vida, etc. Por todas estas razones, parece muy deseable que vuelva a Alemania lo antes posible y que nos aseguremos que no se le concedan más facilidades en la India…

(Hale, 2006, pp.366-367).

Es así que la expedición, con la angustia de que las autoridades británicas prohíban su salida, realizó su viaje de regreso, pasando por la zona de Tsetong, Yarlung, Tsangpo, Shigatse, Gyantse hasta alcanzar la frontera con la India (Hale, 2006). De la frontera, pasaron a la ciudad de Calcuta, debido a que Himmler les había proporcionado unos pasajes en un hidroavión de la “British Imperial Airways” que los llevó a Bagdag, de aquí tomaron un avión “Junkers” que los trasladó a Viena y mediante otro avión, llegaron a Berlín el 4 de agosto de 1939, culminando la enigmática expedición al Tíbet (Anónimo, 2019).  

Heinrich Himmler recibe a los miembros de la expedición en el aeropuerto de Munich-Riem, 5 de agosto de 1939. (Ullstein, (s.f). Welcome the scientist on their return.)

Trabajo científico y recolección de muestras

Durante todo el viaje por la región del Sikkim y el Tíbet, la obtención de los datos y la recolección de las muestras no se hicieron esperar. Para ello, utilizaron variados objetos de trabajo y diversos métodos que permitió la recolección de las muestras, como la información del entorno geográfico y las mediciones antropométricas, que a continuación trataremos de exponer.

El clima y el entorno geográfico, que se presentaban en las inmensurables zonas de vegetación, cumbres nevadas desoladas y amplias llanuras contorneados de montañas,  fue lo primero que la expedición admiró. Schafer relata su admiración de la diversidad de climas de la región de Sikkim: “Aquí en el sur del Himalaya, el clima delimita las zonas habitables, las mismas franjas climáticas que se encontrarían desde el trópico hasta el ártico la encontramos aquí, apilados uno sobre otros a lo largo de los 8 mil metros de altura…”,  del bosque húmedo describe: “los arboles gigantes y enredaderas parasitarias y semiparasitarias, todas ellas en conjunto, luchan por sobrevivir, peligroso y bello, silencioso y mortal” y de los inmensos llanos del Tíbet, expresa: “Bancos de montaña estériles interrumpen las amplias llanuras…cuando llegamos al camino arduo, miramos hacia el lago de la montaña desolada”(Schafer, 1943).

El entorno geográfico del norte de la región del Sikkim, donde abundan las amplias llanuras. (Bundesarchiv, (1938-1939). Seba-La, Abendstimmung nordlich von Sikkim.)

En contraparte a la descripción maravillosa del paisaje que realiza Schafer, los obstáculos naturales no fueron ajenos para la expedición. En el paso por el Tíbet, Schafer expone: “durante la parte más difícil de nuestro viaje, nos encontramos con uno de los muchos pantanos traicioneros en la zona, los cascos de los animales se hunden en el negro y gorgoteo pantano, los  tenemos que empujar agresivamente hacia adelante porque de lo contrario se encontrarían con una muerte cruel en el pantano” (Schafer, 1943). Además, el clima tropical de los densos bosques, la presencia de los numerosos pantanos, los caminos inundados, la existencia de empinados abismos, los vientos glaciales y las tormentas nocturnas, llegaron a obstaculizar algunos trabajos de recolección (Hale, 2006).  

Campamento base de la expedición en una de la cima de las montañas nevadas. En este tipo de entorno geográfico era habitual la presencia de los vientos glaciales que enterraban todo a su paso. (Bundesarchiv, (1938-1939).Oberes Zemutal, Bauers-Lager.)

Con esta información que detallaba las variedades de climas y las características beneficiosas y adversas del entorno geográfico, la expedición pudo obtener un informe de la geografía de una parte de la región de Sikkim y especialmente del Tíbet, desconocida para la época. Debido a esto, Schafer, relataría: “es una suma vertical de todo el Lebensraum (Hale, 2006, p.217), donde esta diversidad de climas permitió la proliferación de una diversidad de especies de flora y fauna.

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El registro de las especies de fauna tuvo mucha consideración para Schafer y Krause, quien como zoólogo el primero, y entomólogo el segundo, realizaron una recolección de estas, que iba desde las más pequeñas como los insectos hasta las más grande como los mamíferos. En Geheimnis Tibet, Schafer expone su asombro de algunas especies de aves y mamíferos: “Ahí están, el cóndor, el ave rapas más grande del mundo, el quebrantahueso y los buitres del Himalaya (…) su sublime soledad (de la naturaleza) se refleja a través de sus criaturas, el argal vive en la cordillera, en la tierra baja corre los caballos salvajes del Tibet, son los orgullosos Kiangs” (Schafer, 1943). Krause, por su parte, admiraba a las especies de mariposa, polillas y otros insectos. Schafer describiría a Krause, durante una cacería de “ovejas”: “uno otea el paisaje en busca de ovejas, mientras que el otro se dedica a admirar cuanta flor halla a su paso, y en cuanto descubre una especie de abeja rara ya se ha olvidado de todas las ovejas azules del mundo”(Hale, 2006, p.235).

Caballo salvaje en la estepa del Tíbet. Este tipo de animal fue admirado por la expedición por su condición libre. (Bundesarchiv, (1938-1939). Kalaebene, Kianghengst.)

Para la cacería de estas especies de mamíferos y aves, Schafer utilizó dos armas: la primera consistía en un rifle que trajo de Berlín; la segunda, en una honda cacera fabricado con una goma aislante (Anónimo, 2019). Después de obtener estas especies, realizaban un método de preservación que consistía en la identificación del sexo, el peso, la separación de la piel, el cráneo y los cuernos, especialmente si eran mamíferos grandes; y la colocación de una resina para evitar su putrefacción y para almacenarlos, estos eran colocados en cajas que habían sido elaboradas especialmente para resistir las temperaturas extremas (Anónimo, 2019; Hale, 2006).  

El ayudante de la expedición, Akey, en plena preparación para la preservación de una especie de ave cazada en la zona de Gayamtsona. (Bundesarchiv, (1938-1939). Gayamtsona-See, Akey beim praparieren.)

La mayoría de estas especies de mamíferos fueron cazados en la región de Sikkim y en las montañas del Himalaya, de las cuales, entre las especies de algunos mamíferos figuran el antílope Serau del Himalaya (Capricornis thar), el caprino goral del Himalaya (Naemorhedus goral), la oveja salvaje argali tibetano (Ovis ammon hodgsoni), gato dorado asiático (Catopuma temminckii),  el asno salvaje kiang (Eguus kiang), la “oveja azul” bharal y el rumiante takin, y con respecto a las aves, se encontraba la perdiz lercua del Himalaya (Lerwa lecua), el perdigallo tibetano (Tetraogallus tibetanus) y el faisán ensangrentudo del Himalaya oriental (Ithaginis cruentus)(Anónimo, 2019).

Sin embargo, dentro de todas las especies de mamíferos cazados, Schafer se obsesionó por una especie en particular, cuyo misticismo y singularidad sagrada lo hizo un objetivo apreciable. Schafer, escribiría: “caballeros, este será, tiene que serlo, el mayor descubrimiento científico de la expedición. Diablos, esto será un éxito para Alemania” (Hale, 2006). Esta especie de cabra salvaje fue cazada en la zona del Himalaya, él relata: “después de días inútiles en escalar las rocas, hemos sido capaces de cazar al animal desconocido y compararlo a su pariente más cercano, el extraño Thar del Himalaya occidental” (Schafer, 1943). Como consecuencia, Schafer lo bautizó como el “Hemitragos Zemlahicus Schaferi”, sin embargo, esta especie no era más que el “Hemitragus jemlachicus”, el caprino thar himalayo (Anónimo, 2019).

Un ayudante de la expedición sostiene la cabeza del Thar himalayo, el caprino del cual Schafer se obsesiono, después de ser cazado. (Bundesarchiv, (1938-1939). Schapi, Shapi.)

Además, se recolectaron diversas especies de insectos, entre los cuales comprendían las mariposas “Helicoverpa tibetensis”, “Euxoa amorpha alta” y la “Nacna splendens”, siendo recolectado un total de 12 especies en la región del Sikkim y el Tíbet (Anónimo, 2019). Aparte de estos, también estaban las especies de polillas, arañas, abejas, mantis, escarabajos, langostas, pequeños reptiles y anfibios (Schulz. 2017), para lo cual, Krause empleaba redes para cazar a los insectos voladores y cientos de recipientes para depositarlos como muestras que luego eran almacenados en las cajas especiales contra las temperaturas extremas  (Hale, 2006).  

Imagen 14: Ernst Krause durante su recolección de abejas en la zona de Pennam. (Bundesarchiv, (1938-1939). Pennam, Krause beim Bienenfang.)

La obtención de los datos geomagnéticos y topográficos y las observaciones meteorológicas recaían en Karl Wienert, quien, utilizando sus teodolitos “Kleine Hildebrant”, cronómetro, radio de onda corta, altímetro, barómetro, hipsómetro y magnetómetro, registraba la declinación, inclinación y el lugar de las áreas desconocidas en los mapas de la región del Sikkim y el Tíbet. Schafer relata: “fuera del campamento, el científico geomagnético hace sus observaciones, sus notas son la base de todo nuestro trabajo de investigación. Arduamente reúne todos sus datos, a través de estos se obtiene una imagen clara de nuestra posición debajo y sobre la tierra de nuestra área de investigación” (Schafer, 1943). En la región del Sikkim, Wienert llegó a realizar un aproximado de 200 mediciones geomagnéticas y el Tíbet no fue la excepción, siendo la primera medición la zona de Yatung (27°29’ de latitud y 88° 54’ de longitud) a unos 2980 m.s.n.m. En el Tíbet, Wienert escribiría: “si las autoridades tibetanas hubieran descubierto estas actividades, ellos habrían puesto fin la expedición” (Hale, 2006, p.273).

Karl Wienert en su improvisada estación de medición en la zona de Yatung. (Bundesarchiv, (1938-1939). Yaktung, Wienert vor seinem Messzelt.)

Bruno Beger, antropólogo afiliado a la Ahnenerbe, tuvo la misión de medir las formas corporales, reconocer las formas craneanas y elaborar los moldes faciales, de las cuales empleaban diversos instrumentos de trabajo que consistían en calibradores, pinzas de cráneo, transportadores mandibulares, tablas del color de los ojos,  tablas con muestras de cabellos de las diversas “razas”, paquetes de yeso y aparatos que impregnaban las huellas dactilares, (Hale, 2006). Todos estos instrumentos y métodos de trabajo realizados por Beger, provenían de las teorías raciales de la época 21 que tenían como base el análisis matemático de las mediciones del cuerpo humano y del índice cefálico (Pringle, 2006).

Bruno Beger aplicando una sustancia para conocer la pigmentación de la piel a una nativa del Tíbet en la zona de Lachun. (Bundesarchiv, (1938-1939). Lachen, Beger als Zahnartz (Anthropologische Messung).

Para la elaboración de los moldes faciales, el trabajo era arduo y a veces las personas seleccionadas para obtener una muestra de su rostro se negaban. Ante esta situación, Beger utilizó sus conocimientos médicos con la población para ganarse su confianza, hasta el punto que le permitió realizar su trabajo, él escribe: “tenía que ganarme la confianza de aquellas gentes y nuestro botiquín me proporcionó las herramientas necesarias…Para aquella gente tenía que ser un “hombre de medicina” respetado. Mi amabilidad natural y sincera me ayudaría a llevar a cabo unas investigaciones de campo provechosas” (Hale, 2006, p.216). Además, Schafer, expone:

para los nativos, nuestro experto es siempre un amigo servicial. El antropólogo incluso puede redimirlos de sus peores dolencias, dolor de muelas, que lo lleva todo el respeto y una gran confianza. Pronto se nos confiaron tanto que incluso tomamos moldes de sus rostros, una sustancia blanda, tipo resina que en realidad no molesta mientras respiras, se aplica y por lo tanto se crea una colección de perfiles humanos de la alta Asi

(Schafer, 1943).
Bruno Beger realizando curaciones dentarias a una nativa del Tíbet en la zona de Lachen. Estos tipos de ayuda sanitaria brindó la confianza de la población para poder realizar los estudios antropométricos. (Bundesarchiv, (1938-1939). Lachen, Beger als Zahnarzt.)

Es así que, teniendo la confianza de las personas seleccionadas, Beger realizaba su trabajo que consistía en la mezcla de agua, resina “negocoll” y desinfectante, que eran aplicado en la cara de la persona hasta rellenar toda la superficie del rostro; cuando el yeso se endurecía, se retiraba el molde y en el interior de este se vaciaba una solución de goma sintética que formaba el molde facial (Pringle, 2006). En total, Beger llegó a realizar 17 moldes a lo largo del viaje, siendo el primero, de manera oficial 22, el asistente de Schafer, Akeh Bhuthia, en la región del Sikkim (Hale, 2006).

El campo de batalla de la playa de Utah

Con respecto a las mediciones corporales y características faciales, Schafer comenta: “mide los cráneos y la forma del cuerpo de los nativos, la longitud de los pies, la longitud del brazo y la mano, el color de los ojos y la piel” (Schafer, 1943). Además, también registraba la longitud y ancho del frente, la amplitud de la nariz, la posición de las orejas y la boca (Pringle, 2006) y cuando se presentaba la oportunidad, Beger podía medir a las mujeres completamente desnudas; En una situación, él escribe 23:

con Rabden como traductor, la lleve a una habitación donde desplegué todos mis relucientes instrumentos sobre una mesita. Sin perder tiempo y sin mostrar ningún azoramiento, ella descubrió la parte superior del cuerpo y se tumbó en la cama…tenía un cuerpo delicado y menudo, con senos pequeños, firmes y encantadores pezones

(Hale, 2006, p.290).
Bruno Beger realizando mediciones craneométricas a un tibetano en la zona de Lachen. (Bundesarchiv, (1938-1939). Lachen, Beger als Zahnarzt (anthropologische Messung).

Aparte de las mediciones físicas de las personas, llamaba la atención la conducta social de los pobladores, cuyas relaciones sociales no pasaban desapercibida para ser registrados en sus cuadernos de campo. El poblador de la ciudad de Lahsa, expone Schafer:

Como en todas las ciudades de Asia, la vida en Lhasa tiene lugar frente a sus casas. Herreros, maestros (…) suelen ser mujeres, pobres pero poco exigentes (…) No conocen la abundancia, la única cosa que tienen mucho es el tiempo libre. Así, su trabajo se lleva a cabo en una calma deliberada. Durante horas, los tibetanos se reúnen para limpiarse el uno al otro

(Schafer, 1943).

 Además, la elección del líder dentro de los pueblos llamó la atención, Beger escribió: “En Lachen y Lachung, la persona nombrada para encabezar el pueblo, el Pipon, fue reemplazada cada tres años. En ambas aldeas, el jefe de la aldea había sido elegido durante muchos años del clan más rico, respetado y ciertamente el más talentoso” (Isrum, 2007, sección de departure from Sikkim, párr.2).

La expedición, también, registró la economía de la zona del Tíbet que se regía principalmente de la agricultura y la ganadería; pero a su vez de la actividad industrial todavía rudimentaria, como la manufactura de la lana. Del agricultor tibetano, Schafer declaraba en su película: “A 3.700 m.s.n.m. se encuentra la zona agrícola más alta y grande del Tíbet, incluso a esa enorme altura (…) vemos con respeto la imagen del agricultor arando y cosechando sus cultivos”(Schafer, 1943). Con asombro, Schafer también relata la importancia de la confección textil y la elaboración de otros objetos:

Como érase una vez en nuestro país, el hilado sigue siendo considerado un signo de necesidad nacional en el Tíbet. Sin la capa caliente hecha de los animales, el hombre no sería capaz de sobrevivir aquí, en la frontera de toda la vida y sin embargo, los tibetanos no se limitan a producir bienes que necesitan para soportar las fuerzas que amenazan la vida (…) sino que también hacen artículos de belleza y decoración.

(Schafer, 1943).
Mujeres tibetanas trabajando en la elaboración de textiles en la zona de Gyantse. (Bundesarchiv, (1938-1939). Gyantse, Teppichweberei Pala, Teppichknupfen.)

La reluciente vestimenta que utilizaban principalmente la familia de los dirigentes del Tíbet, que los diferenciaba del resto de la población, llegó a tener una detallada descripción por parte de la expedición, quienes asombrados, observaban los trajes festivos y los tradicionales y costosos “Mutik Thugkhok”, que eran túnicas con tocados de perlas (Hale, 2006). Beger llegó a detallar esta vestimenta de la esposa de un dirigente:

Su esposa también corto una buena figura, envuelta en su decoración festiva, un patruk, pero falso, envuelto alrededor de un marco triangular en su cabeza, adornados con perlas de jade, turquesa y agata (la riqueza de los Nagas). También de cuarzo rosado, ahumado y coral, todo esto valorizado alrededor de 50.000 rupias

(Isrum, 2007, sección de Encounters in Lhasa, párr. 6).
La hermana de un funcionario tibetano vistiendo el traje tradicional que tanto sorprendió a la expedición por el costo de sus materiales. (Bundesarchiv, (1938-1939). Schigatse, Kopfschmuk, Mondros Schwester.)

La expedición también llegó a registrar algunos Dzong, enormes construcciones amuralladas, que ya estaban en ruinas como las que Schafer, relata en su película: “nuestros descubrimientos más importantes se encuentran en las ruinas de Yarlung, la antigua capital prebudistas…estas reliquias gigantescas tienen sus torres hasta el cielo como símbolo sagrado” (Schafer, 1943). Del Dzong de Rinpung, Schafer escribió:

está construido como una fortaleza, con techos de arbustos viejos, ornamentación tremenda y enorme, es una ciudad con muchos edificios domésticos, nichos pasadizos oscuros, troneras que estaba rodeado por un estrecho muro defensivo…maravillosos puestos de caballo antiguos, el patio interior del castillo está especialmente adornado con antiguas cabezas de leones de madera (…) esto es el reflejo de un esplendoroso pasado y una civilización avanzada

(Isrum, 2007, sección de Dzongs, párr. 1)
En primer plano, el pueblo de Rinpung, y al fondo, el admirable Dzong de Rinpung con sus murallas sobresalientes. (Bundesarchiv, (1938-1939). Rimpung Tal, Ortschaft und Burg.)

Además, algunas construcciones aún se seguían utilizando y debido a su majestuosidad, eran considerados como símbolos de respeto. Uno de estos fue el Jampaling Chorten, descrito por Schafer:

 A unos cien metros sobre el valle, la forma de Gyantse Chorten se eleva, pero en un blanco colosal y simple con un bollo dorado de 13 partes, el más grande y poderoso del Tíbet. Se destaca a alto e impresionante. 50 60 metros de altura, una construcción colosal con doce pisos. Un edificio imponente que se dice que tiene 500 años

(Isrum, 2007, sección de Upstream from Tsethang, párr. 3).

 Otra, descrita por Schafer, se encontraba en los alrededores de la zona de Tsethang:

un hermoso templo aislado con viejos álamos y enebros alrededor de su patio y jardines donde el santo lama se sienta en la puerta con tambores y platillos para invitar al cansado viajero a comer…Cha-Te-Lha Khang es el nombre del templo, el templo de descanso de los pájaros”

(Isrum, 2007, sección de Upstream from Tsethang, párr. 2).
La arquitectura sagrada de Jampaling Chorten. (Bundesarchiv, (1938-1939). Samyeh, Tschorten y Chambaling.)

Otro de los descubrimientos que asombró la expedición, especialmente a Beger, fue el  Yandrung, un símbolo que se asemejaba a la esvástica; y que fue encontrado en el valle de Nyang Chu, pintadas en las paredes de las casas y en el valle de Yarlung, a manera de tallados de piedra cuyo significado para el pueblo tibetano es la representación del viento que hace girar de lado los rayos del sol (Hale, 2006; Isrum, 2007).  Para Schafer, este símbolo había sido traído de Alemania hace unos 5.000 años, (Isrum, 2007) y además, en su película, agrega: “una de las imágenes tibetanas que se ven con mayor frecuencia es el signo indo-ariano secular de la esvástica lo que para los tibetanos significa fortuna imperecedera” (Schafer, 1943).

Cuatro símbolos Yandrung esculpidas sobre una base pétrea en la ciudad de Lhasa. Para la expedición, estos símbolos probarían ciertos lazos de origen racial. (Bundesarchiv, (1938-1939). Lhasa, Hakenkreuz-Bildhauerei.)

Con respecto a la cuestión religiosa de los pueblos del Tíbet: el lamaísmo estaba profundamente marcada en la vida de los pobladores, que para la expedición no fue ignorada; Schafer describe:

la religión es el lamaismo, cuyas reglas está en toda la vida cotidiana de los tibetanos, desde el día en que el Tíbet de convirtió al budismo no hace unos 13 siglos, las ruedas de oración de todos los tamaños giran desde la mañana hasta la tarde sin tregua, el rosario se desliza a través de los dedos de los devotos, solo de esta manera se puede lograr la reencarnación

(Schafer, 1943).

 Además, las peregrinaciones religiosas, que se dirigían a Lhasa, se  convirtieron en una imagen cotidiana y en una oportunidad fructífera para las investigaciones antropológicas, ya que personas de diversas partes del Tíbet se congregaban en un solo punto (Isrum, 2007).

Un grupo de peregrinos realizan su ritual en la ciudad de Lhasa. (Bundesarchiv, (1938-1939). Lhasa, Bauchrutscher.)

Sin desaprovechar las ocasiones, también, llegaron a registrar ciertos mitos de los pueblos tibetanos, de las cuales todos se basaban en animales respetados que mantenían contacto con la población. Schafer expone el mito del tahr himalayo “Shapi”, el animal del cual se había obsesionado:

Había un antiguo ser entre los lepcha con el conocimiento de la naturaleza…cuando el gran Dios de la montaña una vez le dio la mano de su hija en matrimonio a uno de los vasallos, este le dio un animal un animal salvaje como regalo de bodas; se ocultó de la gente, hoy en día todavía vive en una fortaleza aislada, los dioses maldecirán a cualquiera que trate de descubrir el secreto de este ser misterioso

(Schafer, 1943).

Además, habla de otro animal mítico:

En el fondo de la parte inferior del río, según la creencia tibetana, vive un demonio vengativo que se disfraza como una serpiente. Ellos temen que estos laman los tablones de las embarcaciones (…) y finalmente agrega otro: “muy por encima de las colinas, pasan las grullas de cuello negro, de acuerdo con su mito, son portadores del Dalai Lama a través del aire que gracias a sus robustas alas, lo transporta de un convento a otro.

(Schafer, 1943)

Producto de la religión tibetana y los mitos de sus animales sagrados, las festividades y ritos eran comunes  en los pueblos, de las cuales, la expedición pudo ser testigos de algunos; Schafer relata el rito que se hacía en las cimas de las montañas: “los senderos de humo de los incendios santos se levantan ante ellos al igual que las oraciones apasionadas de los nativos, los labios murmuran las misteriosas sílabas: om mani padmo hum…” (Schafer, 1943). Él también relata la actividad de los Lamas: “el Lama es capaz de convocarlos. El ritual es extraño e inquietante y se llena de un aire de muerte. Perpetuamente, los labios de los laicos murmuran extraño cánticos, mientras el sacerdote se convierte en mago, cada vez más en trance y en armonía con los espíritus” (Schafer, 1943).Además, en los pueblos también fueron testigos de los rituales a dioses particulares como a Kanchenjungha, quienes le dedican una danza de guerra, y a Makhala, cuyos bailes se debe a que es considerado como patrón de las tierras del sur (Hale, 2006).

Sin embargo, la festividad que más ha sido detallado y registrado en fotografías y filmaciones, debido a que era uno de los objetivos de la expedición,  fue el del pomposo año nuevo tibetano y de la gran oración del Monlam. El primero consistía en una serie de danzas con atavíos tradicionales donde se usaban máscaras con representaciones de demonios, símbolos de algunas deidades, que al ritmo de las trompetas y tambores se daba la bienvenida a un nuevo año, esta festividad duraba muchos días. El segundo consistía en una reunión de miles de monjes de los monasterios en la ciudad de Lhasa, donde su concurrencia provocaba algunos desmanes, pleitos e incluso muertes 24, pero todo giraba en torno al culto de la ciudad (Hale, 2006).

Un grupo de monjes se reúnen frente a un templo de Lhasa durante la “Gran oración del Monlam”. (Bundesarchiv, (1938-1939). Lhasa, Neujahrsfest, Lamas vor dem Stadttempel.)

Schafer, detalla la víspera de la festividad del año nuevo:

 el festival comienza lentamente para amenizar (…) un tiroteo entre los funcionarios y dignatarios se lleva a cabo, las flechas zumban mientras vuelan al objetivo…jinetes cabalgan caballos salvajes junto a sus objetivos con enorme velocidad, ellos disparan sus rifles mientras galopan (…) Caballos sin jinetes se lanzan por las calles, animados por las masa, se supone que los dioses montan en sus espaldas en Lhasa (…) Al final del año, los adoradores se enfrentan de nuevo a las temibles muecas de los demonios…un baile de máscaras y desconcertantes rostros nos saludan señalando el final del año nuevo.

(Schafer, 1943).  
Competencia de tiro con rifle a caballo durante la festividad de Año nuevo en Lhasa. (Bundesarchiv, (1938-1939). Gyantse, Reiterschieben mit Volksauflauf.)
Danzantes disfrazados celebran el festival de Año nuevo en el templo de Potala. (Bundesarchiv, (1938-1939). Lhasa, Neujahrsfest.)

De manera general, todos los datos antropológicos, arqueológicos y etnológicos fueron registrados en los diarios de campo de los miembros de la expedición, según los objetivos que tenían cada uno; además, el método más utilizado por ellos fue la observación empírica, la prospección y el contacto con los pobladores, pese a que a veces esto demandaba muchos riesgos. Gracias a esto se permitió obtener una idea de las relaciones sociales de su cultura por vez primera para la comunidad científica alemana.

Es así que con todos estos datos obtenidos, Beger concluye que la población analizada perteneciente a la clase dirigente presentaba características nórdicas, y por el contrario, la población campesina, presentaban una raza indeterminada; Él describe a los primeros: “altos, de cabeza alargada, con el dorso nasal elevado, el cabello lacio y con un comportamiento imperioso que denota seguridad”(Pringle, 2006). Schafer, por su parte, concluyó que la religión del Lamaísmo había sepultado el carácter guerrero del tibetano, pero aun conservaban las cualidades físicas de una raza fuerte: “en parte indoarios, en parte mongólicos, intelectualmente muy superiores…biológicamente fuertes” (Hale, 2006).


Informe final de la expedición

Para poder tener una idea más precisa de los materiales obtenidos y registrados a lo largo del viaje a la región del Sikkim y del Tíbet, a continuación mostraré una carta escrita por Ernst Schafer el 25 de Julio de 1939 que fue elaborada para la conferencia del Club del Himalaya de Calcuta, el cual nunca se dio debido a la apresurada salida de la expedición:

…yo mismo, además de hacer las negociaciones y dirigir la expedición en general, trabajé principalmente en la ornitología, mamología y en la recolección de semillas…lo que sigue es un bosquejo preliminar de los resultados de nuestro trabajo de campo. Comoestábamos en una expedición comunitaria, con el ideal de ayudarnos mutuamente, de intercambiar ideas científicas, de camadería y de comprensión mutua, se generó un logro común y, por lo tanto, no mencionaré a este respecto los nombres individuales de los científicos que produjo los resultados, sino más bien solo las ramas de la ciencia.

GEOGRAFÍA: magnetismo terrestre, geofísca, topografía y problemas similares.

1. Se completaron 650 estaciones magnéticas terrestres.

2. 61 estaciones absolutas que incluyen mediciones exactas de todos los elementos terrestres, posiciones astronómicas, etc.

3. Una gran cantidad de mediciones fotogramétricas para la elaboración de mapas, incluidas las cadenas montañosas importantes del Sikkim y el Tíbet, y mapas exactos de las grandes ciudades de Lhasa, Shigatse y Gyantse con sus alrededores.

4. Mediciones meterológicas exactas, incluyendo observaciones de nubes, el problema de los monzones, temperaturas, presiones de aire, humedad en todos los campamentos y lugares.

5. Mediciones del contenido de sal en los lagos tibetanos y sikkimese.

6. Los sondeos de lagos y ríos, y la rapidez de estos últimos.

7. Numerosas mediciones de altitudes exactas de todos los lugares importantes, todos los campamentos, todos los pases, todas las zonas de contacto, líneas de bosques, cambios de fauna y flora, etc.

8. Una colección representativa de minerales.

9. Una buena colección de petrofactos (objetos petrificados) encontrados en el Tíbet.

10. Mapas y bocetos de la estructura geológica y estratificaciones del país, etc.

ANTROPOLOGÍA Y ETNOLOGÍA

11. Alrededor de 400 mediciones antropológicas completas de Sikkimese-Bhutias, en parte lepchas, lacheneses, lachung y muchos tibetanos.

12. Cientos de manos dactiloscópicas y un cierto número de huellas.

13. Dieciséis máscaras y esculturas de cabeza de los Lachenese, Lachung, Nepalí, Sikkimese-Bhutias, tibetanos (hombres, mujeres y niños).

14. Bocetos de muchos cimientos de casas e imágenes fotogramétrica con el fin de reconstruir edificios interesantes como el de Potala.

15. Una colección grande y casi completa de objetos etnológicos de sus culturas, tanto materiales como espirituales, y las religiones del Sikkim y Tíbet. Un tercio del gasto toal de la expedición se destinó a esta colección, que ascendió a unas 150 cargas de mulas. El mayor problema también se tomó para obtener la mayor cantidad de herramientas baratas que se utilizan en el hogar, campo, artesanía, etc.

BOTÁNICA

16. Se recogieron y enviaron alrededor de 2.000 muestras de semilla de flores silvestres, como rododendros, amapolas, prímulas y plantas medicinales. Se recogieron todas las semillas de granos, frutas y verduras, en su mayoría especies primitivas, que necesitamos con urgencia para cruzarse con nuestras ya en muchas formas, con un número de aproximadamente 4.000-5.000 muestras, que requirieron aproximadamente 10 cargas de mulas.

18. Miles de plantas con flores secas y prensedas, también se reunieron herbarios.

ZOOLOGÍA

19. Se recolectaron 3.500 pieles de aves, 2.000 huevos de aves, 400 mamíferos, una cierta cantidad de reptiles y anfibios, muchos miles de mariposas, varios miles de himenópteros, una colección más pequeña de ortópteros y alrededor de 150 cráneos de todos los animales domésticos existentes.

FOTOGRAFÍA Y PELÍCULAS

20. Se tomaron más de 20.000 buenas fotografías en blanco y negro del terreno, personas, animales, plantas, etc. Y además, de esto, alrededor de 2.000 fotografías a color. Se tomaron aproximadamente 40.000 pies de imágenes en movimiento, de las cuales más del 90% salieron bien, y además de esto, alrededor de 4.000 pies de películas a color en movimiento…

Acabo de regresar de Simla, donde su Excelencia el Virrey me concedió amablemente y gentilmente una audiencia de despedida, y de Dehra Dun, donde por razones de entendimiento mutuo y gratitud al gobierno de la India con los resultados de nuestro trabajo de encuestas, cual de ellos, tienen un valor práctico y material, pero para nosotros es solo un valor científico y teórico.”

(Isrum, 2007, sección de End of the expedition and return to Germany, párr. 2).

Una vez que la expedición regresó a Alemania con todas las muestras descritas, se presentó la preocupación para el almacenamientos de los cientos de miles de objetos frágiles que necesitaban tener un adecuado cuidado ya que la única barrera que impedía su deterioro eran sus cajas especiales. Ante esto, la solución no tardó en llegar, ya que los integrantes de la expedición habían sido beneficiados por Heinrich Himmler y debido a esto,  Ernst Schafer, en enero de 1940, se convirtió en director del Instituto Sven Hedin de investigación del Asia Central, cuya sede era el antiguo castillo del siglo XV “Schloss Mittersilll”, donde la  mayoría de las piezas fueron almacenadas hasta el final de la Segunda Guerra Mundial (Herradon, s/f). Aparte de esto, las especies disecadas de insectos, aves y mamíferos fueron almacenados en el museo de Historia Natural de Berlín (Anónimo, 2019).

En la actualidad, los miles de objetos traídos de la región del Sikkim y del Tíbet se encuentran almacenados en diversos institutos y museos de Alemania, siendo algunos de ellos, hasta ahora, ignorados por la comunidad científica debido a su pasado controversial. Entre algunos de estos, están las muestras de semilla, flores silvestres y cereales que están almacenados en el Instituto Leibniz de genética vegetal de Gatersteben, la mayoría de los objetos antropológicos y etnológicos permanecen en el Museo de etnología de Baviera en Munich, las especies disecadas de animales aún siguen en el Museo de Historia Natural de Berlín, la carta escrita por Reting Rimpoché se encuentra en la biblioteca estatal de Baviera, y de las 20.000 fotografías obtenidas, solo 17.000 se encuentran en el archivo federal de Alemania (Isrum, 2007; Schulz 2017).


Conclusión

La expedición alemana al Tíbet de 1938 dio a conocer por vez primera a la comunidad científica los resultados de una investigación multidisciplinaria de la región del Sikkim y del Tíbet cuyos campos del conocimiento abarcaban desde la zoología, pasando por la antropología hasta llegar al estudio de los campos geomagnéticos, por lo cual, se llegaron a emplear métodos de registros y  almacenamiento que no eran ajenos a las investigaciones que se realizaban en otras partes del mundo.

Pese a esto, las teorías raciales y del origen de los diversos pueblos, muy popular para inicios del siglo XX, estaba presente en la mente de la expedición, por lo cual, estos pensamientos llegaron a disfrazar una expedición multidisciplinaria a una de carácter fantasiosa y llena de misterios que ha sido alimentado por la literatura moderna debido, especialmente, por la presencia de Heinrich Himmler y la Ahnenerbe, que como hemos expuesto, no influenciaron investigativamente en la expedición. Sin embargo, pese a esto, la expedición pudo llegar a conocer la flora, la fauna, la vida espiritual y material de los diversos pueblos del Sikkim y del Tíbet cuyos objetos se encuentran almacenados, hoy en día, en diversos institutos y museos como prueba de un carácter multidisciplinario realizado por vez primera por un grupo de investigadores que formaron parte del Nacional Socialismo.

Ven y Mira: Locura, ruido, rostros


Bibliografía

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Autor

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Bachiller de la escuela profesional de Arqueología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y divulgador de la página “Biblioteca de la Segunda Guerra Mundial”.

Notas al final

  1. Desde el siglo XVIII, el imperio alemán empezó a tener interés por el mundo clásico, oriental y de las tribus germanas (Compte, 2001), teniendo como una primera fuente la obra “Germania” del historiador romano Cornelio Tácito, que describía los pueblos originarios de la actual Alemania y siendo sistematizado por el historiador Philipp Clüve, quien contribuiría a uno de los primeros estudios generales de la “Alemania antigua” (Trigger, 1992).
  2. Aparte de la Teosofía y la Arisofía, se encontraba la teoría del “Nordicismo”, que propagaba la superioridad de la raza nórdica, volviéndose popular a fines del S. XIX e inicios del siglo XX (Green, 1998). Otra teoría que se desarrollaba, pero en el campo político, era la del “Volkish”, término nacionalista que se refería a la pertenencia a una nación alemana (Campo, 2011).
  3. Helena Petrovna Blavatsky, aristocrática rusa, fue una teórica de las ideas ocultistas y fundadora de las ideas teosóficas, quien creía en la existencia de las razas antiguas, en el secreto de las religiones y las escrituras del pasado como mensajes de las razas desaparecidas, y que gracias a su libro “Doctrinas secretas” pudo difundir sus ideas a nivel mundial (Compte, 2011; Martín, 2011).
  4. Heinrich Luitpold Himmler, jerarca supremo de la SS y jefe de la policía alemana durante el Nacional Socialismo (Delarue, 1963).
  5. Herman Wirth, famoso prehistoriador germano y estudioso de los símbolos y religiones de las sociedades antiguas (Martín, 2011).
  6. Ricardo Walther Óscar Darré, principal ideólogo del pensamiento del origen étnico “Sangre y fuego” durante el Nacional Socialismo (Delarue, 1963).
  7. Wolfram Von Sievers, funcionario del partido Nacional Socialista y arqueólogo prehistoriador, filólogo y antropólogo, que durante la realización expedición al Tíbet, era director del Ahnenerbe (Hale, 2006).
  8. Además, el lema de la Ahnenerbe era: “Un pueblo solo puede vivir en el presente y en el futuro si es consciente de su pasado y la grandeza de sus ancestros”, cuyos conceptos, aparte de buscar resultados en el campo humanístico, los combinaban con las ideas políticas del partido Nacional Socialista (Hale, 2006; Hernandez, 2019).
  9. Entre las muchas teorías se tiene: descubrir la conexión entre la Atlántida y Asia central, la búsqueda de un refugio de una raza primigenia en Asía, donde un grupo de sacerdotes creo un maravilloso imperio llamado Shambala´, establecer contacto entre la capital del Tibet y Alemania y descubrir objetos históricos secretos como una sustancia de la inmortalidad (Hale, 2006).
  10. Ernst Schafer, anteriormente, ya había realizado dos expediciones al continente asiático y debido a esto, durante sus estudios universitarios, realizó un doctorado en base al estudios de las aves tibetanas y escribió algunos libros que lo hicieron popular en el círculo académico alemana: “Montaña, budas y osos” en 1933 y “Desconocido Tíbet” en 1938 (Anónimo, 2019; Isrum, 2007).
  11. De la reunión, Schafer escribe: “Himmler me habló de su creencia de que la raza nórdica no había evolucionado, sino que había descendido directamente del cielo para asentarse en el continente desaparecido (Atlántida) y que antiguos emigrantes de ese continente habían fundado una gran civilización en Asia Central. Creía que alguno tibetanos eran descendientes directos de esta civilización y que los arios provenían de esta étnia” (Lesta, 2009, p.124). Sin embargo, Ernst Schafer no creyó en todo lo que le decía Himmler, salvo por las teorías raciales de la época (Hale, 2006).
  12. Documento NS19, estado mayor personal de Heinrich Himmler (como se citó en Hale, 2006).
  13. El presupuesto que Schafer pedía para la expedición era de una cuantiosa suma de 60.000 marcos, un monto que la Ahnenerbe no podía financiar. Además, el instituto quería que los objetivos principales se enfocaran en la búsqueda de una raza primigenia de hombres con características arias y especies de caballos resistentes al frío, objetivos que contradecían las propuestas por Schafer (Hale, 2006).
  14. El cambio de nombre de la expedición y el resaltante símbolo de la SS, provocaría muchas más sospechas de las que se tenía cuando llegaron a la India, hasta el punto de que el cónsul general alemán en Calcuta envió una crítica al ministerio de asunto exterior alemán (Isrun, 2007).
  15. El principal objetivo de la expedición radicaba en la obtención de un pase para entrar a Lhasa, la ciudad sagrada del Tíbet, y a lo largo de su trayecto a la ciudad, estudiaría y realizaría sus objetivos investigativos (Hale, 2006).
  16. En la región del Sikkim, a la expedición se le agregarían algunos miembros de la zona, por cuya simpatía y trabajo, se ganarían la amistad de los alemanes. Entre ellos figuran Akeh Bhutia “el alemán” y Kaiser Bahadur Thapa (Hale, 2006).
  17. Durante la entrevista, Schafer tuvo que desplegar algunos actos de sobornos a la familia del líder para complacer y afianzar su amistad debido a que temían al gobierno británico. Así sucedió con la esposa del líder, quien recibió diez prismáticos, un botiquín de primeros auxilios y un espejo metálico (Hale, 2006).
  18. El estado de cómo vivían los alemanes en Tridilinka nos la da Hugh Richardson en una carta: “…tienen una colección de mastines tibetanos, gatos y monos…no tienen una casa grande y cómoda, y tampoco tienen un buen cocinero. En realidad, sobreviven a base de filetes de yak crudos y picados…” (Hale, 2006, p.325).
  19. Esta carta ha sido tomada como un ejemplo del acercamiento de los funcionarios de Lhasa con el Nacional Socialismo, sin embargo, ya Johannes Schupert, en 1995, demostró todo lo contrario, en la cual, la carta había sido traducida incorrectamente y manipulada políticamente, e Isrun (2007) agrega que la carta no es más que un ejemplo de la formalidad tibetana no vinculante.
  20. Con respecto a esto, Schafer escribió: “…la situación política en Europa es para nosotros un motivo de preocupación. Tratamos la cuestión por la noche para ver que podríamos hacer en caso de que se declarara la guerra. Si huíamos al Tíbet podríamos evitar que los británicos nos encarcelaran…” (Hale, 2006).
  21. Años antes de la expedición, las teorías raciales que se propagaban en las universidades radicaban en diversos autores, siendo Hans Friedrich Karl Gunther, con su libro “los elementos raciales de la Historia europea”, uno de los máximos exponentes y quien influenció a Bruno Beger (Hale, 2006).
  22. El primer trabajo del molde facial salió mal, este había sido aplicado a un trabajador de la caravana en la zona de Gangtok, quien por la claustrofobia había respirado desesperadamente parte del yeso aun húmedo, provocándole una convulsión que no pasó a mayores (Hale, 2006).
  23. La situación que Beger escribe, sucedió con la esposa de un dzongpon, líder tibetano, durante el viaje hacía Lhasa (Hale, 2006).
  24. Incluso, durante la grabación de esta fiesta, la expedición fue agredida por la multitud, llegándoles a provocar algunas lesiones de menores consideraciones, especialmente a Schafer (Hale, 2006).
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